Viernes 30 de junio

Viernes 30 de junio
Santos Protomártires de la Santa Iglesia Romana

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 8, 1-4

En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Extendió la mano y lo tocó diciendo: ¡Quiero, queda limpio! Y enseguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: No se lo digas a nadie, pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.

Pistas: Después del Sermón de la montaña que hemos ido leyendo todos estos días comenzamos una parte dedicada a curaciones milagrosas. Las primeras tienen que ver con el acercamiento de Jesús a los excluidos y marginados de su tiempo (un leproso, un pagano y una mujer).
Los leprosos eran expulsados de la comunidad y tenían que vivir al margen de la sociedad, avisando de su presencia para que nadie se les acercase. Sin embargo, Jesús entra en contacto con él y le toca para curarle. Es decir, a Jesús no le da asco tu pecado, tu indignidad o cómo estés. Y si te acercas a Él, te tocará y te salvará. El leproso se acerca con fe, se arrodilla ante Él, con absoluta confianza: “Si quieres…”. Es la fe la que hace posible el encuentro personal y la curación.
Jesús no quiere que se malinterpreten sus acciones y por eso le pide silencio. No es un milagrero o un mago. Trae el Reino de Dios, viene a revelar a Dios y a hacernos participar de su vida. Pero sí quiere que quede constancia y por eso le manda al sacerdote judío con una doble motivación: mostrar el rechazo de la clase dirigente que a pesar del testimonio de las acciones de Jesús no creen; y hacerle ver al leproso que la curación trae consigo pertenecer a la comunidad.
Al releer el Evangelio puedes pensar en qué lepras hay en tu vida. Qué te mancha o te hace apartarte y sentirte excluido. Acude a Jesús con la medicina de la fe. Él te tocará y te salvará. “Señor, si quieres…”

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Jueves 29 de Junio

Jueves 29 de Junio

Santos Pedro y Pablo, apóstoles, solemnidad

(Recuerda:

1. Pide el Espíritu Santo

2. Lee despacio y entiende

3. Medita qué te dice la Palabra De Dios

4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Pistas: ¿Quién dice la gente que es Jesús? Piénsalo un momento… Y ahora ¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué significa en tu vida? ¿Qué lugar ocupa?

Este Evangelio nos da una clave muy importante: conocer a Jesús es un don. Necesitas que el Espíritu Santo despierte en ti la fe para que puedas conocer quién es verdaderamente Jesús. Por eso, nuevamente Él te invita a la oración, a la escucha de su Palabra, a dejar que lo que lees y rezas cada día no sea una teoría bonita, sino que se haga vida en ti. No es un manual de ideas o comportamiento, sino una relación en la que día a día conoces mejor a Jesús y entras en el misterio de Dios.

También descubrimos que primero es el encuentro con Jesús y después la misión. Primero es el ser y luego el hacer. A veces queremos darle la vuelta en nuestra propia vida y, si tienes esa responsabilidad, en la de las personas que acompañas en la fe. Pero, primero, descubre quién es Jesús, escucha el sueño que Él tiene para ti y te dará el poder y la fuerza para llevarlo a cabo como se lo dio a San Pedro. Y no te quedes quieto una vez que Dios te muestre su sueño en tu vida. No esperes a tenerlo todo claro para lanzarte. Pedro se atrevió a responder. En una ocasión se lanzó de la barca y caminó sobre el agua por su fe en Jesús. Es verdad que luego se hundió y necesitó que Jesús le sacase a flote, porque las dudas le hicieron tambalearse. Pero hizo posible lo imposible y siempre, siempre, volvió a Jesús. Y es que Jesús te va a dar las herramientas para que cumplas lo que te pide. No te va a abandonar.

¿Estás dispuesto a responder quién es Jesús para ti? ¿Estás dispuesto a escucharle y seguirle? ¿Estás dispuesto a descubrir que cumple lo que promete, también en ti?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Jueves 29 de junio

Jueves 29 de Junio
Santos Pedro y Pablo, apóstoles, solemnidad
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Pistas: ¿Quién dice la gente que es Jesús? Piénsalo un momento… Y ahora ¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué significa en tu vida? ¿Qué lugar ocupa?
Este Evangelio nos da una clave muy importante: conocer a Jesús es un don. Necesitas que el Espíritu Santo despierte en ti la fe para que puedas conocer quién es verdaderamente Jesús. Por eso, nuevamente Él te invita a la oración, a la escucha de su Palabra, a dejar que lo que lees y rezas cada día no sea una teoría bonita, sino que se haga vida en ti. No es un manual de ideas o comportamiento, sinoJueves 29 de Junio Santos Pedro y Pablo, apóstoles, solemnidad
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Pistas: ¿Quién dice la gente que es Jesús? Piénsalo un momento… Y ahora ¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué significa en tu vida? ¿Qué lugar ocupa?
Este Evangelio nos da una clave muy importante: conocer a Jesús es un don. Necesitas que el Espíritu Santo despierte en ti la fe para que puedas conocer quién es verdaderamente Jesús. Por eso, nuevamente Él te invita a la oración, a la escucha de su Palabra, a dejar que lo que lees y rezas cada día no sea una teoría bonita, sino que se haga vida en ti. No es un manual de ideas o comportamiento, sino una relación en la que día a día conoces mejor a Jesús y entras en el misterio de Dios.
También descubrimos que primero es el encuentro con Jesús y después la misión. Primero es el ser y luego el hacer. A veces queremos darle la vuelta en nuestra propia vida y, si tienes esa responsabilidad, en la de las personas que acompañas en la fe. Pero, primero, descubre quién es Jesús, escucha el sueño que Él tiene para ti y te dará el poder y la fuerza para llevarlo a cabo como se lo dio a San Pedro. Y no te quedes quieto una vez que Dios te muestre su sueño en tu vida. No esperes a tenerlo todo claro para lanzarte. Pedro se atrevió a responder. En una ocasión se lanzó de la barca y caminó sobre el agua por su fe en Jesús. Es verdad que luego se hundió y necesitó que Jesús le sacase a flote, porque las dudas le hicieron tambalearse. Pero hizo posible lo imposible y siempre, siempre, volvió a Jesús. Y es que Jesús te va a dar las herramientas para que cumplas lo que te pide. No te va a abandonar.
¿Estás dispuesto a responder quién es Jesús para ti? ¿Estás dispuesto a escucharle y seguirle? ¿Estás dispuesto a descubrir que cumple lo que promete, también en ti?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Miércoles 28 de junio

Miércoles 28 de junio
San Ireneo, obispo y mártir

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

Pistas: A veces es complicado diferenciar, discernir, qué cosas vienen de Dios o son su voluntad, y cuáles no. Jesús establece hoy un criterio: “por los frutos”. Por los frutos que una decisión o una situación da en tu vida, por los frutos que deja en tu interior. ¿Te da paz, te hace mejor, más libre, más fiel?. Esto no sólo sirve para las decisiones personales, sino también para lo que te rodea, para juzgar lo que se te propone desde fuera.
¿Cuántas personas, instituciones o ideologías se presentan como los salvadores, como los que tienen la receta de la felicidad o de la libertad y en realidad sólo buscan sus intereses? ¿Cuántos se presentan con piel de oveja, como inofensivos o de los tuyos, y en el fondo sólo buscan aprovecharse de ti como “lobos rapaces”? Jesús dice: “Por sus frutos los conoceréis”. ¿Qué frutos está dando la ideología dominante en nuestra sociedad? ¿Somos mejores, más felices, más libres, vivimos más en la verdad? Si no da buen fruto debes talarlo, quitarlo de tu vida y elegir otro camino, por mucho que esté de moda o sea aceptado por una mayoría.
Este Evangelio te ayudará en un doble sentido. Por un lado, mirándote a ti mismo, a tus decisiones y planteamientos ¿Qué fruto dan? Por otro, los caminos que se te proponen desde la sociedad, o en tu realidad concreta ¿Qué fruto da en tu vida seguirlos? Jesús quiere que descubras su voluntad, que encuentres la verdad, que nadie te engañe. Por eso te invita a no ser ciego, a discernir en tu vida y elegir con la luz del Espíritu Santo el camino que te hará dar buenos frutos, que te hará feliz y libre, que te hará vivir como discípulo de Jesús.
Llama a las cosas por su nombre, no tengas miedo a la verdad y pide el Espíritu Santo. El Espíritu de la verdad te dará sus dones y te llenará de vida. Y darás fruto sano y abundante.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Martes 27 de junio

Martes 27 de junio
San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.

Pistas: Este Evangelio es una recopilación de dichos de Jesús. Encontramos tres temas. El primero es un poco difícil de entender porque parece que va en contra de llamada de Jesús a anunciar el Evangelio a todos. En realidad, Jesús nos pide ser astutos. Que pensemos la mejor manera de presentar el tesoro del Evangelio. No echar perlas a los cerdos ni dar lo santo al que no está preparado para recibirlo, o simplemente no quiere. Son palabras duras, pero ¿cuántas veces intentamos convencer u obligar a los demás a vivir como nos enseña la fe? Sin embargo, lo que deberíamos hacer es ayudarles a encontrarse con Jesús, a descubrir que las verdades de la fe cristiana conectan con lo que está escrito en lo profundo de sus corazones.
“Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consisten la ley y los profetas”. Seguir a Jesús es vivir en el amor, es aprender de Él y ser discípulos suyos. Y esto es una manera de medir cómo estás siguiendo a Jesús. ¿Estás amando como Él nos enseña?
Y, por último, la puerta estrecha y el camino ancho. Cuando predico sobre estos versículos algunas veces cuento lo que me pasó la primera vez que fui a un pueblo de montaña del que fui párroco. Me explicaron que había varias salidas. Era un día de invierno muy lluvioso. Así que llegué a un cruce en el que había un camino estrecho hacia arriba y otro ancho que seguía recto. Pensé: “Será por el ancho”. Y acabé en un barrizal con un muro de piedra a cada lado. Y, para sacar el coche de allí casi tengo que llamar a la grúa. Esto me recordó, como si fuera una metáfora, que Jesús casi nunca nos dibuja autopistas hacia la fe. El camino ancho se presenta como el camino fácil. El pecado siempre se nos presenta como la mejor opción, pero al final quedas atrapado. Jesús no nos engaña, seguirle implica compromiso y esfuerzo. Implica no coger el camino fácil. Pero trae salvación y vida. Tú ya has encontrado el camino de la vida. Entra por Él. No temas.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Lunes 26 de junio

Lunes 26 de junio
San Pelayo, mártir

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 7, 1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo» teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.

Pistas: Juzgar a los demás suele ser una manera de no fijarse en uno mismo, de justificarse o de conformarse y acomodarse. ¿Qué medida usamos con los demás? ¿Qué les exigimos? Es un modo de cambiar el foco de atención. Sin embargo, Jesús nos enseña que el camino es el amor y la misericordia. Un camino que comienza desde el interior. Por eso, empieza por ti, viviendo tu relación con Dios, con los demás y contigo mismo desde el seguimiento a Jesús. Y para ello Jesús te llama a la conversión, a no vivir de cualquier modo, sino dejando que la gracia de Dios te transforme, poniendo todo de ti, sabiendo que Dios lo pone todo también.
Lo más opuesto a ese camino interior es la hipocresía. Es vivir hacia fuera: lo que pensarán de mi, lo que puedo hacer para lograr mis fines, excusas, justificaciones, mentiras. Por aquí se cuelan los peores pecados: el orgullo, la soberbia, la ira, la lujuria, la envidia, la codicia…. Por aquí los demás se convierten en instrumentos para los propios intereses y fines. Y la crítica y la queja se transforman en la justificación.
Mírate en este día. ¿Te exiges a ti mismo lo mismo que a los demás? Pero que sea la mirada de Jesús. Deja que te sane y te salve. Si encuentras que algo está mal en ti, arrepiéntete, confiésate, vuelve a la casa del Padre. Reconcíliate con Dios y contigo mismo. Reconoce que no eres perfecto, que necesitas crecer, que necesitas cambiar… Y entonces dejarás de juzgar, te quitarás una gran carga de encima y crecerás. Y ayudarás a crecer a los demás.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Domingo 25 de junio

Domingo 25 de junio
XII del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 10, 26-33
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: No tengáis miedo a los hombres porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? y, sin embargo, ni uno sólo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo, no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.

Pistas: A sus apóstoles, a los que tienen que ser sus testigos, les dice: “No tengáis miedo”. Ante las persecuciones y dificultades que trae vivir como discípulos “no tengáis miedo”. Lo que Él les está enseñando tendrán que gritarlo y pregonarlo. No es para que quede escondido.
Dios es Padre. Jesús está contigo. Sólo has de temer lo que puede matar tu alma. Sólo debes temer que el pecado te atrape. Ni siquiera temas tu debilidad, tu pobreza o tus límites. Porque Dios cuida de ti, está contigo. Jesús está de tu parte. Te eligió. Y si correspondes a su amor y fidelidad, crecerá el tuyo. Y podrás acoger su salvación.
Jesús enseña que el amor de Dios es incondicional. Que su misericordia es más grande que tu pecado. Pero si no te dejas amar, si prefieres el temor y la mentira, si prefieres el pecado, si niegas tu fe… Te cierras a la salvación y vida que Él te regala.
Jesús no pinta la fe como un camino facilón y dulzón. Te promete que Dios provee, que te cuida y que no falla. Así que, si te da miedo ser testigo de Jesús, da un paso en la fe y Él no te fallará. Si te dan miedo las dificultades de la vida, no temas, Jesús está contigo. Sólo líbrate de la mentira del pecado, de la hipocresía, de las justificaciones… Sólo déjale hablar a tu corazón. Sólo déjate amar, para poder estar cerca de Jesús. ¡No tengas miedo!

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Sábado 24 de junio

Sábado 24 de junio
Natividad de San Juan Bautista, solemnidad

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: -«¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
-«Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: -«¿Qué va a ser este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Pistas: Celebramos el nacimiento de Juan el Bautista. Isabel, estéril y anciana, se convierte en la madre de un niño, del que Jesús dirá que es el más grande nacido de mujer. Juan será el bautista, el precursor, irá delante de Jesús preparándole el camino. Después le señalará como el Mesías prometido.
Isabel confió en Dios y Él escuchó su oración. Yendo mucho más allá de lo que ella podía esperar. A Zacarías –marido de Isabel- le había costado creer, y esto le había dejado sin voz, sin poder comunicarse con los demás. Cuando cree y es capaz de comprender la voluntad de Dios, le alaba y consigue de salir de sí mismo porque su fe le abre a una perspectiva totalmente nueva que antes no comprendía. Le lleva a entrar en relación con Dios.
Y es que la voluntad de Dios rompe esquemas. Supera las expectativas. Juan es elegido por Dios para ayudar a Jesús y esto se cumple. Anunciará al salvador, lo reconocerá, lo presentará.
Sin duda el papel de San Juan Bautista no es menor. Consciente de su tarea, la cumple con fidelidad. Y sabe colocarse en segundo plano cuando llega Jesús. En la Iglesia todos tenemos una función, pero sea cual sea la tuya puedes estar seguro de que no es menos importante que la de otros. Porque, como a Juan, también Dios te elige y te llama. Y te puede sorprender. Si crees, si esperas, si no abandonas, si a pesar de los inconvenientes o dificultades mantienes la puerta abierta a Dios, Él entrará.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Viernes 23 de junio

Viernes 23 de junio
Sagrado Corazón de Jesús, solemnidad

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Pistas: La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús nos hace fijarnos en la humanidad del Hijo de Dios. ¿Qué te viene a la cabeza cuando escuchas la palabra corazón? Amor, vida, valentía, alma, entrega, totalidad, humanidad… Esta fiesta te invita a mirar a Jesús que ama, que entrega su vida y es vida, que es valiente y da valor. Jesús verdadero hombre, el hombre nuevo.
El corazón de Jesús lleno del Espíritu Santo. Es el corazón humano del Hijo de Dios. ¡Qué misterio! Dios no está lejos. Es el Dios que ama. El Padre nos envía a su Hijo. El Hijo hecho hombre ama con todo el corazón y transforma nuestra humanidad. Lo humano entra en la vida de Dios y Dios da vida a lo humano. Jesús entrega su vida en la Cruz. Tan grande es ese amor y entrega que su corazón traspasado por la lanza del soldado romano, y abierto, es signo del amor absoluto, de la valentía, de la entrega total de Jesús, frente a la injusticia y al pecado que lo han traspasado y rasgado. El amor no podía quedar atrapado por la muerte. Y Jesús resucitado es el vencedor sobre el pecado, el mal, el odio y la muerte. Es el corazón que ha vencido al odio con amor, al pecado con fidelidad al Padre. Es el corazón que lleva a plenitud la humanidad y por eso si acudes a Él tendrás tú también un nuevo corazón. Jesús entiende lo humano, nuestros problemas y anhelos, nuestras luchas. Pero va mucho más allá, nos guía hacia el Padre, nos descubre la dimensión divina.
En el contexto de esta fiesta el Evangelio de hoy te dice que sólo necesitas ser sencillo para poder descubrir y acceder a este misterio. Para poder conocer a Jesús y a través de Él llegar al Padre. Para tener tu corazón lleno del Espíritu Santo como lo estuvo el de Jesús. No necesitas ser sabio y entendido. No necesitas ser perfecto. Sólo ser sencillo y acercarte a Jesús.
Estés como estés, hoy Jesús te invita a entrar en su corazón, a dejarte amar. A dejar de mirar tus cargas y tu pobreza, tus agobios y cansancios, y seguirle. Eso significa cargar con el yugo, y aprender de Jesús. Y ahí encontrarás descanso y libertad. Jesús te invita hoy a descubrirle.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Miércoles 21 de junio

Miércoles 21 de junio
San Luis Gonzaga, religioso

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Pistas: Jesús continúa enseñando a sus discípulos que Él no quiere una religión de cumplimiento externo ni de ritos vacíos o tradiciones que ya han perdido el sentido. ¿Quieres una religiosidad auténtica, lejos de fariseísmos e hipocresías, que te haga crecer como persona, que te haga conocer a Dios? Jesús te invita hoy a descubrir el sentido profundo de las prácticas religiosas. El criterio no es, ni puede ser, la rutina, el “siempre se ha hecho así”, o el qué dirán.
Jesús habla hoy de dar limosna, rezar y ayunar. Las tres nos ayudan a crecer. Con respecto a nuestra relación con el prójimo y con la sociedad, dar limosna es compartir lo que tenemos -no sólo lo material- con el que lo necesita. Con respecto a Dios, la oración no se limita a cumplir con la misa y con las oraciones que me he comprometido o acostumbrado a hacer cada día. La oración es la clave para poder vivir como discípulos de Jesús. Es la clave para que el Espíritu Santo habite en nosotros y nos regale sus dones. Es la clave para entrar en relación con Dios. Y, por último, con respecto a uno mismo, el ayuno sirve para decirte a ti mismo que Dios es lo más importante en tu vida, que tienes hambre de Dios, tanta que quieres hasta sentirlo físicamente. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, no es chantajear a Dios o ganarte su favor, porque Dios ya te ama y no necesitas ganártelo. Ayunar simplemente es recordarte a ti mismo que Él es más importante, que con Él nada te falta. La vida de los santos nos enseña cuánto hace crecer esta práctica.
No ser hipócrita, ser auténtico, ir a lo profundo. Dar limosna, orar y ayunar. Jesús te propone hoy este camino. Si ya has decidido seguirlo revisa cómo va tu fidelidad. Si tienes dudas, atrévete. Hoy Jesús te recuerda que esto no lo puedes hacer por aparentar y que tampoco son recetas mágicas. Aquí se trata de vivir, de crecer, de profundizar, de amar. ¿Te atreves?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.