Jueves 31 de octubre

Jueves 31 de octubre
XXX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 13, 31-35
En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.
Él contestó: Id a decirle a ese zorro: «Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término». Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: «Bendito el que viene en nombre del Señor».

Pistas: La situación de Jesús no es nada cómoda. Herodes había acabado con Juan Bautista.
Un grupo de fariseos, de los que a veces le atacan y conspiran contra Él, en esta ocasión le avisan de las intenciones del rey.
La respuesta de Jesús es clara. Él sabe que tiene que cumplir lo que el Padre le encomienda. No se deja subyugar por el poder político. ¿No debería ser así la Iglesia siempre? Libre y valiente. Es Dios quien determina los plazos.
¿Cómo es tu relación con el poder (con el dinero y los influyentes)? ¿Qué lugar ocupan en tu corazón? ¿Dejas a Dios el primer puesto? ¿Te preocupas por conocer y obedecer su voluntad?
También hay cierto simbolismo en la respuesta: al tercer día subirá a Jerusalén. Jesús intuye cuál va a ser su final. Cuántas veces intentó Dios que se convirtiera Jerusalén… Pero su corazón endurecido no se lo permite y Jesús se lamenta por ello.
Jerusalén es la ciudad elegida por Dios, pero lejos de ganarse ese favor día a día y vivirlo con humildad, se muestra engreída, caprichosa, desobediente y rebelde. Y Jesús les avisa de lo que va a suceder… No amenaza sino que avisa, invitándolos a la conversión.
Jesús trató muchas veces de convertir a Jerusalén, pero las autoridades religiosas se resistían, anclados en su comodidad y en una sociedad que moldearon a su antojo y se fue alejando de Dios. ¿Tú y yo, nos resistimos a convertirnos? ¿Queremos seguir anclados en posturas cómodas y no escuchamos a Jesús? No dejes que tu casa se quede vacía y llénala de Dios.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Miércoles 30 de octubre

Miércoles 30 de octubre
XXX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó: Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo. «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois».
Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas». Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera.
Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

Pistas: Hay frases que tal vez nos gustaría borrar del Evangelio, de modo que resultase menos radical y exigente. Pero si lo hiciéramos se volvería también falso e irrelevante. Jesús se aleja de convencionalismos o intentos de agradar con falsas promesas. Por eso dice a sus discípulos: “esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán”.
Vivir la fe implica optar, esforzarse, luchar. Piensa por un momento en todo lo que sabes y has ido aprendiendo del mensaje de Jesús. Las implicaciones de encontrarse con Él y convertirse en su discípulo. Si no las vives ¿sirven para algo? Si no luchas y te esfuerzas ¿serás capaz de vivirlas?
La entrada en el Reino es gratis, es un regalo, una llamada, una invitación. Pero a la vez significa que todo se hace nuevo en tu vida por la relación con Jesús y la presencia del Espíritu Santo. Esto te regala un nuevo corazón, nuevas fuerzas, los dones de Dios, un nuevo modo de relacionarte con los demás… Esto es entrar por la puerta estrecha. Es gratis, pero no es una baratija que se trata de cualquier modo.
¿Cuál es la puerta estrecha que tienes que cruzar en este momento de tu vida? Si te lanzas y entras por ella descubrirás cuál es el Reino que Jesús anuncia y podrás vivirlo.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Martes 29 de octubre

Martes 29 de octubre
XXX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, Jesús decía: ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
Y añadió: ¿A qué compararé el Reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.
Pistas: Jesús utiliza ejemplos sencillos de la vida cotidiana para explicar el Reino de Dios, de modo que quienes le escuchan puedan comprender o imaginarlo fácilmente. Una semilla de mostaza, minúscula, pero que tras ser sembrada crece y sirve de cobijo. Un poco de levadura que fermenta la masa.
Las parábolas de hoy destacan que es en lo pequeño, en lo que parece débil, en lo que a simple vista parece insuficiente donde se manifiesta el poder y la gloria de Dios. El Reino tiene poder y fuerza en sí mismo para cambiar las cosas y comienza en lo pequeño. Así actúa Dios para traer su Reino y puedes entrar tú en él. No con cosas extraordinarias, extravagantes, complicadas o espectaculares; sino con las que están en lo cotidiano y en lo pequeño.
Ese minúsculo grano de mostaza, que es puesto en tierra y muere para poder dar fruto, crece y finalmente los pájaros anidan en sus ramas. Qué bonita imagen para pensar en la Iglesia, que tiene que ser lugar de protección y vida, que se hace grande en lo pequeño.
Reza con la Palabra de Dios y pregúntate: ¿cómo puedes aplicar esta enseñanza en tu vida? ¿y en tu comunidad? Piensa en eso que te preocupa ¿qué luz arroja la Palabra de Dios hoy sobre tu situación concreta? ¿cómo puedes hacer presente el Reino de Dios en ella?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Lunes 28 de octubre

Lunes, 28 de octubre
Santos Simón y Judas, apóstoles

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 6, 12-19
Por entonces, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Pistas: La actitud de Jesús antes de tomar decisiones importantes ¿cuál es?. Ora y ora. Incesantemente. ¿Qué lugar ocupa la oración en tu vida? ¿Cómo tomas decisiones? ¿Cómo buscas la voluntad de Dios?
Elige a unos hombres para que estén con Él. Serán los Apóstoles. Jesús no realiza su misión solo, sino que desde el principio se rodea de unos elegidos para ser testigos de lo que Él va a hacer. Crea conscientemente un grupo que después continuará su misión. Es el germen de la Iglesia.
Entre ese grupo (aunque lo ha elegido Jesús) hay uno que le traicionará. Porque en el camino de Jesús, como en el de la Iglesia, hay cruz y hay pecado, hay dificultades y Él no las evitó, sino que las afrontó.
Y esos doce hombres son testigos de lo que sucede con Jesús: su palabra, sus acciones y su poder. Y poco a poco irán descubriendo quién es para poder dar testimonio de Él.
Relee el Evangelio y busca algo con lo que orar: ¿qué te dice la Palabra de Dios hoy?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Domingo 27 de octubre

Domingo, 27 de octubre
XXX semana del tiempo ordinario, ciclo C

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
—«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: «¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.»
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: «¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.»
Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Pistas: ¿Cómo te ves a ti mismo? ¿Cuál es la verdad de tu vida? En esta sociedad de las redes sociales y el aparentar ¿cuál es la verdad que hay en tu interior? ¿eres capaz de descubrirte necesitado del amor de Dios? ¿eres capaz de mirar a los que son más débiles que tú con misericordia o buscas sus fallos para sentirte mejor?
El primer paso para encontrar la salvación de Dios es ver la verdad de quién eres. El fariseo no necesitaba a Dios, se había convertido a sí mismo en dios. Era cumplidor, probablemente si lo conociéramos diríamos que era un buen tipo, una persona recta. Pero no había entendido nada sobre qué es rezar, ni cómo relacionarse con Dios. Se elogiaba a sí mismo y despreciaba al que creía indigno.
Para poder encontrar la verdad de quién eres y quién estás llamado a ser fíjate en el siguiente ejemplo: un paño blanco puede compararse con uno que lleva tiempo sin lavarse, en un sitio que hay poca luz o con un trapo viejo. Puesto al lado parece “blanco, blanco”. Pero si enciendes una luz potente y lo comparas con una tela blanca limpia y nueva, podrás ver que tiene manchas y está amarillo. Si te compararas con el que tienes al lado, tal vez salgas ganando en algunas cosas y puedas decir: “soy bueno”, pero si te comparas con Jesús… Y ésa es la meta del cristiano, ser discípulos de Jesús y vivir como Él enseñó.
“El que se humilla será enaltecido”. ¿Quién tenía más derecho que Jesús para reclamarle algo a Dios? ¿Quién ha habido más bueno y perfecto que Él? Y, sin embargo, entregó su vida muriendo como si fuera un malhechor. Probablemente podía haber formado un ejército, haber luchado y conspirado para intentar salvar su vida, que le reconocieran, ser un rey o un líder político. Pero su camino fue otro: “el que se humilla será enaltecido”. Sólo la voluntad del Padre, sólo vivir en su amor, sólo dejarse llevar por el Espíritu Santo.
¿Cómo te ves a ti mismo? No temas. Sólo ora con sinceridad y ama. Sólo mira la verdad de tu vida (eso te hará humilde) y déjate amar por Dios.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Sábado 26 de octubre

Sábado, 26 de octubre
XXIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 13, 1-9
En aquella ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo.
Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde? Pero el viñador contestó: Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.

Pistas: “Dios castiga a los malvados”, “si alguien sufre es porque se lo merece”… Esta mentalidad estaba arraigada en el judaísmo. Era la imagen de un dios castigador que servía también para señalar a los demás mientras algunos se creían mejores.
Jesús enseña que Dios es Padre, es amor, es misericordia, quiere la vida y la plenitud del hombre. Pero éste es realmente libre. Las palabras de Jesús no son una amenaza, son una advertencia de las consecuencias del pecado y de no querer salir de él. Por eso Jesús dice que “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”. Es una invitación a cambiar de vida.
Se comparaban los judíos que se tenían por justos con los que padecían enfermedades o desgracias, señalándolos con el dedo, diciendo que los otros eran pecadores y creyéndose mejores que ellos. Tal vez nosotros hagamos esto también algunas veces. Señalamos los pecados de los demás para sentirnos justificados o para acallar nuestra conciencia. Jesús advierte: no sois mejores. Y si no os convertís…
Por último, la parábola de la higuera. El viñador quiere salvar la higuera, quiere que dé fruto, la cuida, la trabaja, le da oportunidades…. y espera. También tú tienes una oportunidad más, para dar fruto, para vivir en plenitud. Dios te espera. Así pues, deja que cambie tu corazón, llene tu vida, te dé su fuerza y así darás fruto.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Viernes 25 de octubre

Viernes, 25 de octubre
XXIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace.
Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.

Pistas: Hace unos días, en una entrevista en la radio decía el cardiólogo Valentín Fuster: “El mayor problema de nuestro mundo es que no dedicamos 10 minutos a pensar al día”. Sostenía que con hacer eso cambiaríamos muchas cosas.
Vivimos reaccionando a lo que nos estimula, pero muchas veces no somos dueños de nuestra propia vida porque no tomamos las riendas, simplemente nos dejamos llevar. Jesús, en el Evangelio de hoy, nos pregunta si vamos a ser capaces de interpretar nuestro tiempo, de descubrir la verdad… y en muchas ocasiones la respuesta es: no. Porque nos dejamos arrastrar por la vorágine de actividades, de lo políticamente correcto, de los “postureos”… que se nos presentan y en el fondo no tomamos las riendas de nuestra vida.
El Evangelio de hoy te invita a ser consciente de la realidad que vives y a reaccionar. Desde la fe, esto se hace con la oración. Si rezas, si miras cada día tu vida y lo que te rodea a la luz de Dios ¿no crees que todo cambiará? Prueba…

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Jueves 24 de octubre

Jueves, 24 de octubre
XXIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: He venido a prender fuego en el mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.

Pistas: Imagina una de las primeras comunidades cristianas, perseguida pero llena de fe y con el fuego del Espíritu, leyendo este Evangelio. Imagina una iglesia hoy, en un país donde ser cristiano está prohibido y es perseguido, leyendo este Evangelio. Están viviendo las palabras de Jesús.
Sólo hay un camino para seguir a Jesús: el de encenderse en el fuego que Él ha traído, el del Espíritu Santo. Hemos leído en los días anteriores que no valen las medias tintas, que hay que estar despiertos y vigilantes. Vivir el Evangelio implica muchas veces ser signo de contradicción, como lo fue Jesús, no por “dar la nota”, sino por vivir en la verdad, por no tener miedo a dejar actuar al Espíritu Santo, por no estar a medias en el camino de la fe. Y tantas veces la consecuencia de eso es ser señalados o la persecución.
Te invito a que leas el Evangelio de hoy mirando a nuestra sociedad, en la que cada vez es más rechazado y denostado manifestarse y actuar como cristiano. Una vivencia dulzona, timorata o acomodada de la fe ¿tendrá algo que ver con lo que dice hoy Jesús?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Miércoles 23 de octubre

Miércoles, 23 de octubre
XXIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 12, 39-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del Hombre.
Pedro le preguntó: Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos? El Señor le respondió: ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si el empleado piensa: «Mi amo tarda en llegar», y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse; llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.

Pistas: Jesús enseña que hay que estar preparados, vigilantes, no acomodarse. El que sigue a Jesús no puede vivir de cualquier manera. Seguirle implica una forma de actuar, unas elecciones y unas decisiones.
¿A quién exige más el Señor? ¿Quién tiene mayor responsabilidad? La respuesta de Jesús es clara: si eres de los suyos, si tienes fe, si Dios te ha regalado que le conozcas, tienes una mayor responsabilidad. Conocimiento, libertad y responsabilidad van de la mano.
El modo de explicarse Jesús en el Evangelio de hoy nos resulta extraño. Hay que situarlo en el contexto de su tiempo. Habla de la seriedad de la libertad del hombre y de la exigencia de la fe. Y de cómo esa libertad puede abrirte la puerta a que entres de pleno en la vida, en el Reino (“lo pondrá al frente de sus bienes”). Pero, si es mal usada, conducirá al sufrimiento.
Aprovecha el Evangelio de hoy para revisar tu vida ¿Qué te está pidiendo Dios? ¿Qué le estás dando? ¿Qué haces con lo que Él te ha confiado? ¿Cómo lo administras?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.

Martes 22 de octubre

Martes, 22 de octubre
San Juan Pablo II, Papa

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

Evangelio según San Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

Pistas: Estar vigilante, dispuesto, activo, en guardia, preparado, con la luz encendida. Es lo contrario a acomodarse, a vaguear, a ser negligente o dejarse vencer por la pereza. Jesús invita a sus discípulos a estar tener actitud de espera y vigilancia. A alguien que está así no le dan igual las cosas. Al contrario, intenta estar preparado, que todo esté listo, lo mejor posible y dispuesto para responder.
El Evangelio no es para mediocres, porque si lo vives, si descubres el gran tesoro que es seguir a Jesús, ya no te dará igual hacer las cosas de un modo o de otro. Y te convertirás en una persona que se deja mover por el Espíritu, que no se conforma con estar de cualquier manera, sino que quiere amar y servir, que quiere vivir y ayudar a vivir a los demás.
No se trata de estar en tensión, nerviosos, agobiados… sino vigilantes, despiertos, preparados, atentos.
Relee el evangelio y mira a tu vida y a la Iglesia que construyes ¿Cuál es la actitud que tienes? Y pide el Espíritu Santo que te despierte y te haga estar dispuesto para amar y servir.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.