Miércoles 31 de octubre

Miércoles 31 de octubre
XXX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó: Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo. «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois».
Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas». Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera.
Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

Pistas: Hay frases que tal vez nos gustaría borrar del Evangelio, para hacerlo más asequible, más laxo, menos radical. Pero si lo hiciéramos se volvería también falso e irrelevante. Y, además, representan la autenticidad de las palabras de Jesús, ajenas a convencionalismos o intentos de agradar a estamentos o grupos. “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán”.
Vivir la fe implica optar, esforzarse, luchar. Piensa por un momento en todo lo que sabes y has ido aprendiendo del mensaje de Jesús. Las implicaciones de encontrarse con Él y convertirse en su discípulo.
La entrada en el Reino es gratis, es un regalo, una llamada, una invitación; pero a la vez significa que todo se hace nuevo en tu vida por la relación con Jesús y la presencia del Espíritu Santo. Esto te regala un nuevo corazón, nuevas fuerzas, los dones de Dios, un nuevo modo de relacionarte con los demás… Esto es entrar por la puerta estrecha. Es gratis, pero no es una baratija que se trata de cualquier modo.
¿Cuál es la puerta estrecha que tienes que cruzar en este momento de tu vida? Si te atreves a entrar por ella descubrirás cuál es el Reino que Jesús anuncia y podrás vivirlo.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Martes 30 de octubre

Martes, 30 de octubre
XXX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, Jesús decía: ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
Y añadió: ¿A qué compararé el Reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.

Pistas: En la predicación de Jesús la idea de Reino de Dios (o más exactamente deberíamos decir reinado de Dios, Dios reinando, como una realidad dinámica) es un elemento central. Para explicarlo utiliza en muchas ocasiones parábolas, ejemplos que quienes le escuchan puedan comprender o imaginar fácilmente. Una semilla de mostaza, minúscula, pero que tras ser sembrada crece y sirve de cobijo. Un poco de levadura que fermenta la masa.
¿Qué elementos destacan las de hoy? Lo pequeño, lo que parece débil, lo que a simple vista parece insuficiente, tiene poder y fuerza en sí mismo para cambiar las cosas. Así actúa Dios para traer su Reino y puedes entrar tú en él. No con cosas extraordinarias, complicadas o espectaculares; sino que están en lo cotidiano y lo pequeño.
Reza con la Palabra de Dios y pregúntate: ¿cómo puedes aplicar esta enseñanza en tu vida? ¿y en tu comunidad? Piensa en eso que te preocupa ¿qué luz arroja la Palabra de Dios hoy sobre tu situación concreta? ¿cómo puedes hacer presente el Reino de Dios en ella?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Lunes 29 de octubre

Lunes, 29 de octubre
XXX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 13, 10-17
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.
Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: Seis días tenéis para trabajar: venid esos días a que os curen, y no los sábados.
Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado? A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

Pistas: Te invito a que te pongas en el lugar de cada personaje. La mujer que lleva 18 años enferma, encorvada (sin poder mirar al cielo, sin poder encontrar a Dios, “atada” por satanás), se encuentra con Jesús y Él la libera, imponiéndole las manos. Se endereza y glorifica a Dios. Jesús la desata. Ya puede andar derecha, ya puede mirar a Dios.
El jefe de la sinagoga. Se queda en la ley ¿Por qué no se alegra por la mujer? ¿por qué se indigna con Jesús? Pero finalmente queda abochornado porque Jesús le hace ver que en realidad ni siquiera le importa la ley, sino atacarle a Él.
Piensa qué puedes tener tú de cada uno de estos personajes ¿De qué necesitas que Jesús te libere? ¿quieres que Él te levante? ¿qué hipocresías hay en tu vida? ¿cómo vives la religión?
Jesús sana y salva, libera y muestra la verdad. Acércate a Él tras releer el Evangelio y reza.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Sábado 27 de octubre

Sábado 27 de octubre
XXIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 13, 1-9
En aquella ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo.
Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde? Pero el viñador contestó: Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.

Pistas: Dios castiga a los malvados, si alguien sufre es porque se lo merece… Esta mentalidad estaba arraigada en el judaísmo. Era la imagen de un dios castigador que servía también para señalar a los demás creyéndose mejores.
Jesús enseña que Dios es Padre, es amor, es misericordia, que quiere la vida y la plenitud del hombre. Pero éste es realmente libre. Las palabras de Jesús no son una amenaza, son una advertencia de las consecuencias del pecado y de no querer salir de él. Por eso Jesús dice que “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”. Es una invitación a cambiar de vida.
Se comparaban los judíos que se tenían por justos con los que padecían enfermedades o desgracias, señalándolos con el dedo, diciendo que los otros eran pecadores, y creyéndose mejores. Tal vez nosotros hagamos esto también algunas veces. Señalamos los pecados de los demás para sentirnos justificados o para acallar nuestra conciencia. Jesús advierte: no sois mejores. Y si no os convertís…
Por último, la parábola de la higuera. El viñador quiere salvar la higuera, quiere que dé fruto, la cuida, la trabaja, le da oportunidades…. y espera. También tú tienes una oportunidad más, para dar fruto, para vivir en plenitud. Dios te espera. Así pues, deja que cambie tu corazón, llene tu vida, te dé su fuerza y así darás fruto.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Viernes 26 de octubre

Viernes 26 de octubre
XXIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace.
Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.

Pistas: ¿Somos capaces de interpretar signos de la naturaleza pero no somos capaces de entender lo que Jesús nos quiere decir?
En tiempos de Jesús todos sabían qué significaban las distintas señales que enviaba la tierra, el mar, el cielo… era su aprendizaje natural. Y en el nuestro tenemos estudios, conocimiento o nos conectamos con Google y ya nos creemos entendidos en muchas materias.
Jesús hoy también nos diría que tenemos respuesta para muchas cosas pero seguimos sin saber interpretar los signos del Reino.Y es porque ello no lo descubrimos en internet, ni en las redes sociales, sino que necesitamos un corazón limpio que esté lleno de Espíritu Santo para poder descubrirlo.
El Reino de Dios no es algo para un tiempo determinado, sino para siempre. Y si buscas excusas o prefieres quedarte cómodamente anclado en tu situación personal y no disponerte a un cambio profundo de vida, no serás capaz de ver qué tiene Dios dispuesto para ti.
Dios obra en nuestra vida, actúa en la Iglesia, en la Historia, y preferimos no verlo. Pero Él no está lejos, no se esconde, aunque para encontrarlo hay que buscarlo y aprender a mirar.
En la vida hay que tomar decisiones y actuar. Y si se deja pasar puede que se llegue a una situación en la que no haya remedio. Como en el día a día, tenemos que aprovechar las ocasiones y el momento oportuno para tomar decisiones. Ante Jesús también tienes que tomar una decisión. Y Él escucha tu respuesta.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Jueves 25 de octubre

Jueves 25 de octubre
XXIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: He venido a prender fuego en el mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.

Pistas: Imagina una de las primeras comunidades cristianas, perseguida pero llena de fe y con el fuego del Espíritu, leyendo este Evangelio. Imagina una iglesia hoy, en un país donde ser cristiano está prohibido y es perseguido, leyendo este Evangelio. Están viviendo las palabras de Jesús.
Sólo hay un camino para seguir a Jesús: el de encenderse en el fuego que Él ha traído, el del Espíritu Santo. Hemos leído en los días anteriores que no valen las medias tintas, que hay que estar despiertos y vigilantes. Vivir el Evangelio implica muchas veces ser signo de contradicción, como lo fue Jesús, no por “dar la nota”, sino por vivir en la verdad, por no tener miedo a dejar actuar al Espíritu Santo, por no estar a medias en el camino de la fe.
Ahora, lee el Evangelio mirando a nuestra sociedad, en la que cada vez es más rechazado el Evangelio. Una vivencia dulzona, timorata o acomodada de la fe ¿tendrá algo que ver con lo que dice hoy Jesús?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Miércoles 24 de octubre

Miércoles 24 de octubre
San Antonio María Claret, obispo

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 12, 39-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del Hombre.
Pedro le preguntó: Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos? El Señor le respondió: ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si el empleado piensa: «Mi amo tarda en llegar», y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse; llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.

Pistas: Jesús enseña que hay que estar preparados, vigilantes, no acomodarse. El que sigue a Jesús no puede vivir de cualquier manera. Seguirle implica una forma de actuar, unas elecciones, unas decisiones.
¿A quién exige más el Señor? ¿Quién tiene mayor responsabilidad? La respuesta de Jesús es clara: si eres de los suyos, si tienes fe, si Dios te ha regalado que le conozcas, tienes una mayor responsabilidad. Conocimiento, libertad y responsabilidad van de la mano. Y son el camino para evitar que el ladrón te robe. El ladrón es el pecado, es el mal, la mentira y el sufrimiento.
El modo de explicarse Jesús en el Evangelio de hoy nos resulta extraño. Hay que situarlo en el contexto de su tiempo. Habla de la seriedad de la libertad del hombre y la exigencia de la fe. Y de cómo esa libertad puede abrirte la puerta a que entres de pleno en la vida, en el Reino (“lo pondrá al frente de sus bienes”). Pero, si es mal usada, conducirá al sufrimiento.
Aprovecha el Evangelio de hoy para revisar tu vida ¿Qué te está pidiendo Dios? ¿y qué le estás dando?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Martes 23 de octubre

Martes 23 de octubre
San Juan de Capistrano, presbítero

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

Pistas: Estar vigilante, dispuesto, activo. Es lo contrario a acomodarse, a vaguear, a llevar una doble vida, a disimular… Jesús invita a sus discípulos a estar con la actitud de espera, de vigilancia. A alguien que está así no le dan igual las cosas. Al contrario, intenta estar preparado, que todo esté listo, lo mejor posible.
El Evangelio no es para mediocres, porque si lo vives y lo entiendes tienes que dejar de ser mediocre. Y ya no te da todo igual. Y te conviertes en una persona que se deja mover por el Espíritu, que no se conforma con estar de cualquier manera, sino que quiere amar y servir, que quiere vivir y ayudar a vivir a los demás.
No se trata de estar en tensión, nerviosos, agobiados… sino vigilantes, despiertos, preparados, atentos.
Relee el evangelio y mira a tu vida y a la Iglesia que construyes ¿Cuál es la actitud que tienes? Y pide el Espíritu Santo que te despierte y te haga estar dispuesto para amar y servir.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Lunes 22 de octubre

Lunes 22 de octubre
San Juan Pablo II, papa

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: Maestro dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia. Él le contestó: Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?
Y dijo a la gente: Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.
Y les propuso una parábola: Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha. Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: «Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida». Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?» Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.

Pistas: “Guardaos de toda clase de codicia”
¿Cuántas veces en tu vida pones tu confianza en lo material? ¿Cuántos enfrentamientos y divisiones causa esto en las familias? ¿Cuántas luchas para conseguir cierto estatus y recursos económicos tenemos en la vida? Y, de repente, viene una enfermedad grave, o la muerte de un ser querido y ¿para qué sirvió todo eso?
Esto es lo que dice hoy Jesús: sé rico en lo que vale a los ojos de Dios. Sé rico llenándote del Espíritu Santo y viviendo como discípulo de Jesús. Busca llenar tu vida de riquezas a los ojos de Dios, entrégate a los demás, entrégate a tu familia, en tu trabajo. Vive el Evangelio y llévalo a los demás. Construye un mundo más justo. Porque esas riquezas son las que te cambiarán la vida.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Domingo 21 de octubre

Domingo 21 de octubre
XXIX domingo del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Marcos 10, 35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.» Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?» Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

Pistas: Vamos a fijarnos en algunos detalles. Santiago y Juan dicen: “queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Quieren que Jesús haga las cosas a su modo. En vez de seguir a Jesús, de ser sus discípulos, se ponen delante de Él. Luego serán capaces de seguirle con todas las consecuencias, pero antes tendrán que aprender lo que implica ser discípulo.
Decir a Jesús lo que tiene que hacer es no entrar en su Reino, sino construirnos el nuestro. Es no entender que tu libertad, tus elecciones, tienen consecuencias. Que seguir a Jesús supone ser capaz de aceptar que las cosas quizás no sean como esperas, pero que la recompensa será el mayor regalo.
Y ¿qué supone esa actitud? División y enfrentamiento. No se parece a la comunidad que Jesús quiere construir. Todo lo contrario.
Jesús se lo explica. Lo que marcará la diferencia será hacerse el servidor de todos. Como Él ha hecho y hará. Entregar la vida. Seguirle a Él. Y ésa sí será la comunidad de los que siguen a Jesús.
Reza con este Evangelio y piensa ¿estoy siguiendo a Jesús? ¿estoy construyendo la Iglesia que Él quiere?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.