Jueves 31 de mayo

Jueves 31 de mayo
Visitación de la Bienaventurada Virgen María

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Lucas 1, 39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Pistas: El ángel había dicho a María que su prima Isabel, una anciana, estaba embarazada. Así que María va a verla. Tal vez para comprobar que las palabras del ángel eran ciertas o para ayudar a su prima. El relato del encuentro de las dos mujeres está lleno de simbolismo en el relato de Lucas. Fijémonos en algunos detalles.
El Espíritu Santo llena a Isabel. Jesús trae la plenitud del Espíritu Santo. Encontrarse con Jesús implica llenarse del Espíritu. No deja indiferente. E Isabel (y Juan el Bautista en su seno) reconocen al Señor, a Jesús. El Espíritu hace alabar a Dios, reconocer la verdad, ser profetas. Isabel confirma lo que el ángel había dicho a María.
María lleva a Jesús y su sola presencia hace que la gracia de Dios actúe. Y si nosotros llevamos a Jesús ¿no sucederá lo mismo? ¿no te sucede algo parecido cuando te encuentras con una persona “llena de Dios”? Contaba un niño de un sacerdote: “Tiene algo raro, es como si te quisiera abrazar cuando te habla. Cree mucho”.
Bendición, dicha, alegría, cumplimiento de las promesas… y todo sin que tengas que hacer cosas extraordinarias: “¿quién soy yo para que…?” Porque así es la gracia de Dios. Y hace responder: Juan salta en el seno de su madre, Isabel habla a voz en grito, María alaba a Dios…
La Virgen responde con una oración que la Iglesia reza en vísperas cada tarde, el Magnificat. Es una alabanza a Dios por lo que ha hecho en ella y por lo que hace en medio de su pueblo. Léela despacio y hazla tuya, pensando en las bendiciones que Dios te ha regalado, pensando en el alcance de lo que sucede en María –el Hijo de Dios se hace hombre para salvarnos-, pensando en acontecimientos concretos de la historia de la salvación, de la Iglesia y de tu propia vida.
Alaba y bendice a Dios con María. Y si alguna frase te llama la atención, párate, repítela, piénsala, dirígete a Dios con tus propias palabras.
Vuelve a leer el Evangelio ¿qué te dice la Palabra? ¿dejas que Dios actúe dentro de ti? ¿eres vehículo para llevar su Palabra a otros? Y reza con ello.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Miércoles 30 de mayo

Miércoles 30 de mayo
San Fernando

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 10, 32-45
En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban y los que seguían iban asustados.
El tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.
Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir. Les preguntó: ¿Qué queréis que haga por vosotros? Contestaron: Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús replicó: No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar? Contestaron: Lo somos. Jesús les dijo: El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.

Pistas: Se acerca la muerte de Jesús, sus discípulos se asustan. Muchas veces, cuando las situaciones son complicadas, sacan lo mejor de nosotros. Pero en este caso sucede al revés. Se ponen a discutir de puestos, de honores… es como si no hubieran entendido nada de lo que Jesús les ha enseñado.
Él los reúne y les vuelve a enseñar que no quiere que sean como los poderosos del mundo que basan su poder en la tiranía y la opresión. ¿Quieres ser grande? hazte servidor de todos. ¿Quieres ser el primero? hazte esclavo de todos. Aprende a servir.
Piensa en tu vida, en cosas concretas. ¿Sirves o buscas que te sirvan? ¿eres humilde y amas a los demás? ¿o, más bien, intentas quedar por encima, salirte con la tuya, que reconozcan lo bueno que eres…?
Jesús entrega su vida. Ése es el modelo. Puedes hoy darle gracias por su amor y entrega. Él, siendo Dios, siendo el único hombre que ha merecido que le sirvan porque no hizo más que el bien a todos, se hizo el último, hasta el extremo de entregar la propia vida por amor a todos. Hasta el extremo de pedir el perdón para sus enemigos desde la cruz.
¿Quieres ser grande? Adora a Jesús, síguele, despréndete de todo lo que te hace buscar un camino equivocado y elige el de amar y servir, el de entregar la vida. Y así encontrarás la verdadera vida y serás verdaderamente importante.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Martes 29 de mayo

Martes 29 de mayo
Santa Joaquina Vedruna, religiosa
Santa Rita de Casia, religiosa

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 10, 28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decirle a Jesús: Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Jesús dijo: Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones─, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.

Pistas: Jesús continúa insistiendo en un planteamiento que parece el mundo al revés. Ser el último para ser el primero. Dejar para tener. Y esto es así. La experiencia de tantos santos a lo largo de la historia, la experiencia del que vive realmente lo que es la Iglesia, nos demuestra la verdad de las palabras de Jesús.
Entregarse, darlo todo por seguir a Jesús (cada uno en la vocación en la que haya sido llamado) es el camino para ser verdaderamente rico. Si has seguido el camino del sacerdocio o de la vida consagrada, o si eres padre de familia, o si eres un joven que busca su lugar… date cuenta que Jesús propone un camino de entrega (nos lo decía el Evangelio de ayer). Si le sigues, recibirás la verdadera riqueza que nadie te va a poder quitar.
Piensa en tu caso concreto qué necesitas dejar para seguir mejor a Jesús. Y dale gracias por todo lo que ya has recibido. Piensa en qué tienes que dejar de querer ser el primero y a cambio dónde puedes encontrar el camino del amor y el servicio sin pretender un reconocimiento.
La Iglesia es, debe ser, una gran familia, y cuando se vive realmente como enseñó Jesús, vayas donde vayas, si hay Iglesia, tendrás familia, tendrás un hermano, un padre, una madre. Al hilo de esto puedes pensar si eres tú esa Iglesia. ¿Construyes la familia de la Iglesia? ¿o vives tu fe de un modo individualista, buscando sólo tu propio interés?
Deja que el Evangelio de hoy ilumine tu vida. Es palabra de vida eterna y es para ti.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Lunes 28 de mayo

Lunes 28 de mayo
VIII semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre. El replicó: Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres ─así tendrás un tesoro en el cielo─, y luego sígueme.
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios! Los discípulos se extrañaron de estas palabras.
Jesús añadió: Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios.
Ellos se espantaron y comentaban: Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús se les quedó mirando y les dijo: Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.

Pistas: Hoy encontramos a un hombre bueno que no es capaz de seguir a Jesús. Cumple los mandamientos desde niño. Vive en la ley, en cumplir, quiere ser bueno. Y Jesús le indica lo que le falta: ser capaz de poner a Dios y a los demás por delante del propio interés y de las propias seguridades, fuerzas y recursos. Jesús no le dice que renuncie al dinero, sino que le pide que no ponga en él su corazón. Y el rico no es capaz. Aunque Jesús le ha mirado con cariño porque ve que es bueno, que quiere ser mejor, no es capaz de entrar en relación con Jesús, no es capaz de seguirle y explorar con Él el camino hacia el Reino de Dios.
Le será difícil al que pone su confianza en el dinero entrar en el Reino de Dios. Porque el Reino es fiarse de Jesús, es poner en Él tus seguridades. No en tus propias fuerzas, en tus propios recursos y capacidades. Se trata de seguirle en el camino de amor que Él propone. Y ten claro que sólo podrás recorrer ese camino si vas con Él, si te haces su amigo (en la oración, en los sacramentos, en la vida comunitaria), si lo entiendes como algo más que ser bueno, que cumplir, que seguir normas y tradiciones.
Hablamos de encontrarnos con una persona, con Jesús. Y descubrir que es imposible para el hombre ganarse la salvación. Pero Dios lo puede todo. Todas las riquezas, todo el poder, toda la seguridad que puedas tener de que te vas a salvar no sirven para nada. Dios te lo regala, pero tienes que poner en Él tu confianza y seguirle con todas las consecuencias.
Mira tu vida ahora y deja que te hable el Evangelio. Puedes preguntarle a Jesús: ¿Maestro, qué he de hacer? Deja que ilumine tu día a día, tu estilo de vida, tus prioridades y reza. Permite que te diga: Sígueme. Que te llame a su Reino. Y reza.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Domingo 27 de mayo

Domingo 27 de mayo
Solemnidad de la Santísima Trinidad

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

Pistas: Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Santísima Trinidad. Nuestro Dios no es un dios solitario, encerrado en sí mismo. El único Dios es tres personas y ha querido revelarse a los hombres. Así nos lo ha enseñado Jesús y por eso manda bautizar en el nombre del único Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En el Evangelio de hoy Jesús resucitado se acerca a sus discípulos. Si antes de la resurrección Jesús estaba lleno del poder de Dios y fue consciente de ser igual al Padre, de ser el Hijo, ahora, lleno de Espíritu Santo, resucitado, declara a sus discípulos: “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra”. Jesús no es sólo un hombre que ha revivido. La resurrección es más que eso. Por eso está con sus discípulos hasta el fin del mundo, todos los días. Por eso enseñar lo que Él ha mandado, ser discípulos de Él, es permitir que sus promesas se cumplan. Por eso los que crean en Él y se bauticen podrán entrar en relación con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y podrán vivir como Jesús enseñó.
¡Qué gran regalo! Fíjate en que para ti y para mí, discípulos de Jesús, todo empieza con el bautismo, que te introduce en la vida de Dios. Y continúa aprendiendo a vivir como Jesús enseñó, sabiendo que Él está contigo para siempre, y tiene poder.
Asómate hoy al misterio de Dios que quiere entrar en relación contigo, que te envía a una misión y que te promete que no te abandonará. Y respóndele orando y dejando que mueva tu vida.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Sábado 26 de mayo

Sábado, 26 de mayo
San Felipe Neri, presbítero

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 10, 13-16
En aquel tiempo, presentaron a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Pistas: Unos niños quieren acercarse a Jesús, pero sus discípulos se lo impiden. Quizás a veces tú y yo seamos como esos discípulos y ponemos una barrera para que otros no puedan acercarse a Jesús. Porque no tienen formas, porque no saben, porque molestan, porque no importan… decimos. Pero ¿por qué? ¿acaso no hubo alguien que a ti te acercó a Jesús? Entonces ¿qué haces tú para que los demás puedan acercarse a Jesús?
De los que son como niños es el Reino de los Cielos. Y ¿cuántas veces pensamos lo contrario? Pensamos que hay que ser perfectos, que hay que ser muy especiales para poder ser santos (estar cerca de Jesús, dejar que te abrace y te bendiga)… Jesús no quiere que seamos infantiles, no quiere que tu fe sea pueril. Este Evangelio nos remarca que ser como niños significa aceptar, amar, sorprenderse, sentir curiosidad… Generalmente los niños hacen las cosas sin esperar nada a cambio y se alegran por lo que reciben.
¿Cómo acoges el Reino de Dios? ¿lo aceptas o pones cortapisas? ¿descubres que el Reino es estar con Jesús? Relee el Evangelio y descubre lo que quiere decirte hoy el Señor, y reza.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Viernes 25 de mayo

Viernes 25 de mayo
San Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia
San Gregorio VII, papa
Santa María Magdalena de Pazzi, virgen

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 10, 1-12

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer? El les replicó: ¿Qué os ha mandado Moisés? Contestaron: Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio. Jesús les dijo: Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Pistas: La fe afecta a la vida, se concreta en ella, en lo que hacemos y en cómo lo hacemos. No se trata sólo de teorías o de tener con Dios una relación que no implique para nada a nuestras decisiones o estilo de vida. La fe no está en un compartimento fuera del resto de nuestra vida. Y esto los judíos lo tenían muy claro, con muchas normas y preceptos para su vida cotidiana, para tomar decisiones…
A nosotros Jesús nos enseña un camino para fundamentar nuestras decisiones ¿Cómo nos ha creado Dios? ¿qué responde a nuestra naturaleza? ¿qué es lo que Dios ha revelado en su Palabra? Y la Iglesia es la que nos ayuda con su enseñanza a aprender esto: a iluminar nuestra vida con la luz de la fe. Por eso, un cristiano, cuando tiene dudas de fe, o de cómo actuar, tiene la ayuda y la guía de la Iglesia. El catecismo es una herramienta muy útil, o un grupo de formación.
Hoy el Evangelio trata un tema concreto y Jesús presenta lo que cualquiera que forme una familia sueña, lo que parece estar escrito en lo profundo de nuestro ser: encontrar a alguien con quien compartir la vida, un amor para siempre, y un amor que hace que los que eran dos se conviertan en una sola carne. Una unión que Dios bendice. Ésta es la visión cristiana de familia y la que Jesús propone en el Evangelio.
Puedes rezar por tu familia, por tu matrimonio y pensar ¿qué te dice la Palabra de Dios hoy?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Jueves 24 de mayo

Jueves 24 de mayo
Nuestro Señor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».
Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: «El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?».
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.»
Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.
Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

Pistas: Celebramos hoy la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Tanto el sacerdocio ordenado como el sacerdocio común de todos los bautizados, participan del sacerdocio único de Jesús. Esto parece un trabalenguas, pero es sencillo. Sacerdote es el que une lo humano y lo divino, el que –por decirlo así- construye puentes para unir dos realidades que parecen separadas, el que media (como ocurre en los sacramentos) o como ocurre cuando rezamos.
Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre. Lo humano y lo divino se acercan. Verdadero hombre y verdadero Dios. Y Jesús Resucitado se convierte en el camino a Dios, el puente que nos une para siempre con el Padre y nos permite recibir el Espíritu Santo. Por eso, si nosotros podemos acceder a Dios (rezar, presentar a Dios nuestra vida, ser bendecidos por Él, recibir sus dones, celebrar los sacramentos y recibir su gracia) es porque participamos de su sacerdocio, de su mediación. Es porque Jesús es el camino hacia Dios.
Todo es por medio de Él. Los santos, la Virgen María, las acciones de la Iglesia, tus actos religiosos, todo lo que te permita acercarte a Dios y que Dios se acerque a ti es por medio de Jesús.
Ahora vamos a fijarnos en el Evangelio. La Última Cena. Jesús con sus amigos. Se entrega a sí mismo, da sentido salvador a su muerte. Ama tanto a los suyos que quiere ser uno con ellos. Jesús quiere que el mismo amor que le tiene el Padre, que los hace uno, puedan experimentarlo con Él sus discípulos. Quiere que puedan entender lo que significará su muerte y resurrección. No sólo eso, piensa un momento: ellos son judíos, es la cena de la Pascua, la liberación de la esclavitud de Egipto y la promesa de Dios de hacerles su pueblo. Es la cena que recuerda la alianza de Dios con su pueblo y que se convertirá en la Nueva Alianza de Jesús con su Iglesia.
Vuelve a leer el Evangelio: Jesús es el camino hacia Dios, nos ha regalado poder entrar en presencia de Dios y poder recibir el Espíritu Santo, la vida de Dios. Él es el Sumo y Eterno Sacerdote y se entrega por amor a ti y a mí. Y ya para siempre se queda en la Eucaristía convirtiéndose en alimento y regalándonos la salvación.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Miércoles 23 de mayo

Miércoles 23 de mayo
VII semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 9, 37-39
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros. Jesús respondió: No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Pistas: Jesús enseña a vivir en el amor, a construir unidad, a buscar la verdad más allá de los prejuicios, de las convenciones, de las costumbres. A buscarla más allá de las personas y los grupos.
¿Cuántas veces en tu vida o en la Iglesia somos sectarios? Creemos que el nuestro es el único camino válido, que “los nuestros” son los únicos buenos. Y que los que no hacen las cosas como nosotros son malos y están equivocados.
Jesús enseña a buscar la verdad y a no actuar desde el prejuicio. A juzgar las distintas realidades por sus frutos. Nos invita a descubrir que todo lo que es bueno, lo que construye, lo que va en la línea del Evangelio (auténticamente en esa línea) hay que apoyarlo. Ojo, también avisa de los falsos profetas, de los que desvirtúan el mensaje, dicen una cosa y hacen otra, de los que se aprovechan… Pero hoy quiere enseñar a sus discípulos, también a ti y a mí, a mirar la realidad desde su perspectiva.
Revisa tu manera de comportarte en la Iglesia, con los que no piensan como tú pero actúan en el nombre de Jesús y buscan la verdad como tú quieres hacer. Piensa en si sólo te fijas en lo malo que hay a tu alrededor o eres capaz de ver todo lo que construye un mundo mejor.
Jesús enseña a unir, no a dividir. A buscar la verdad, no la ideología o lo superficial.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Manuel

Martes 22 de mayo

Martes 22 de mayo
Santa Joaquina Vedruna, religiosa
Santa Rita de Casia, religiosa

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 9, 29-36
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon del monte y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: ¿De qué discutíais por el camino? Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Pistas: Jesús eligió unas personas para que fueran con Él, con una misión especial: dar testimonio de lo que han visto y oído, y transmitir su enseñanza. Él se asegura de que estén preparados, los instruye, los prepara para lo que está por venir. Quiere que comprendan quién es Él realmente. Pero ellos siguen con su pensamiento mundano, con los puestos, las glorias humanas… Y no serán capaces de comprender hasta que reciban el Espíritu Santo. No quieren oír hablar de lo que se le viene encima a Jesús, ni quieren entenderlo. Sólo sienten miedo y rechazo. Su zona de confort son los criterios del mundo.
Jesús le da la vuelta a esto: ¿Quieres ser grande? hazte pequeño ¿Quieres ser importante? hazte el último y el servidor de todos.
El modelo no son los poderosos de este mundo, ni los que tienen autoridad ganada a base de poder, dinero, influencia, violencia… Parece que deberían serlo porque muchas veces se salen con la suya y parece que llevan las riendas del mundo y de la historia. Pero Jesús coge a un niño, lo pone en medio y les dice que el camino es amar al que no puede darte nada a cambio. Amar y acoger al que te necesita. El camino es amar sin límites. Y, haciendo esto, le acoges y le amas a Él, y acoges y amas a Dios.
Así que tu grandeza depende de cómo tratas al prójimo. Da igual que destaques por tu puesto y tu influencia en la Iglesia, en la sociedad, en tu familia o en tu grupo de amistades… Lo que de verdad te hará grande es si eres capaz de amar, de servir, de acoger, de entregarte.
Revisa esto hoy en tu vida ¿A qué te está llamando Jesús? ¿hay cosas que cambiar? ¿cuál es tu medida de las cosas: el mundo o Dios? Pídele su Espíritu y descubre el camino que Él te llama a seguir.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.