Domingo 25 de junio

Domingo 25 de junio
XII del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 10, 26-33
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: No tengáis miedo a los hombres porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? y, sin embargo, ni uno sólo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo, no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.

Pistas: A sus apóstoles, a los que tienen que ser sus testigos, les dice: “No tengáis miedo”. Ante las persecuciones y dificultades que trae vivir como discípulos “no tengáis miedo”. Lo que Él les está enseñando tendrán que gritarlo y pregonarlo. No es para que quede escondido.
Dios es Padre. Jesús está contigo. Sólo has de temer lo que puede matar tu alma. Sólo debes temer que el pecado te atrape. Ni siquiera temas tu debilidad, tu pobreza o tus límites. Porque Dios cuida de ti, está contigo. Jesús está de tu parte. Te eligió. Y si correspondes a su amor y fidelidad, crecerá el tuyo. Y podrás acoger su salvación.
Jesús enseña que el amor de Dios es incondicional. Que su misericordia es más grande que tu pecado. Pero si no te dejas amar, si prefieres el temor y la mentira, si prefieres el pecado, si niegas tu fe… Te cierras a la salvación y vida que Él te regala.
Jesús no pinta la fe como un camino facilón y dulzón. Te promete que Dios provee, que te cuida y que no falla. Así que, si te da miedo ser testigo de Jesús, da un paso en la fe y Él no te fallará. Si te dan miedo las dificultades de la vida, no temas, Jesús está contigo. Sólo líbrate de la mentira del pecado, de la hipocresía, de las justificaciones… Sólo déjale hablar a tu corazón. Sólo déjate amar, para poder estar cerca de Jesús. ¡No tengas miedo!

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.