Viernes 29 de marzo
III semana de cuaresma
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
5. Actúa, lleva a tu vida la oración.)
Evangelio según san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Pistas: La religión judía tenía muchos preceptos y normas que había que cumplir. Nuestra sociedad, que quiere defender una libertad absoluta, muchas veces cae en la contradicción de querer hacernos vivir a todos del mismo modo. Todos estamos metidos en la rueda del consumo y la apariencia… Pero ¿qué es lo más importante? ¿qué es lo primero que deberíamos hacer?
Jesús nos da la respuesta. Puedes examinar tu vida a la luz del Evangelio de hoy: ¿cómo está tu amor a Dios? ¿le escuchas? ¿es tu único Señor? ¿le amas con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser? ¿y al prójimo? ¿y a ti mismo?
Éste es el camino para entrar en el Reino de Dios que Jesús vino a traer. Y como vamos descubriendo en la Palabra de Dios, el amor que Dios nos tiene, el amor a Dios y el amor al prójimo van unidos. Si quieres amar, llénate del amor de Dios. Pide el Espíritu Santo. Si quieres tener fe y vivir como discípulo, ama y lleva a tu vida lo que esto implica. ¿Qué debe ser lo principal en tu vida? Relee el Evangelio y reza.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.