Jueves 28 de marzo

Jueves 28 de marzo
III semana de cuaresma

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
5. Actúa, lleva a tu vida la oración.)

Evangelio según san Lucas 11, 14-23
En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: —«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.»
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo:
—«Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.»

Pistas: Jesús realiza signos de la presencia del Reino, expulsa demonios, cura enfermos. Quizás éste sea el primer aspecto en el que podemos fijarnos: ¿sigue habiendo estos signos del Reino en nuestra Iglesia? Tal vez deberíamos dar un paso en fe y pedirle a Dios que esos signos sigan viéndose en nuestras vidas.
Jesús no deja indiferente a nadie: unos se admiran y otros le rechazan. Otro, además, le piden un signo. Él les explica: es el poder de Dios el que actúa en Él. El dedo de Dios (el Espíritu Santo) muestra que el Reino de Dios ha llegado porque el demonio es vencido, porque Jesús viene a salvar. Los que se encontraron con Jesús pudieron ver signos cotidianamente y, sin embargo, muchos no quisieron asumirlo. No quisieron aceptar la propuesta de Jesús, ni la revolución interior a la que invita a cada persona,
También nos habla del interior del hombre. Jesús y el Espíritu Santo que actúa en Él son el hombre fuerte que vence. Por eso no hay nada que temer si Él defiende tu corazón. Por eso, la clave de la vida del cristiano es llenar el corazón de Dios, llenarse del Espíritu Santo, orar cada día.
El final del Evangelio nos deja claro que el camino es seguir a Jesús. Todo lo demás no crea unidad, no sirve, no edifica, no realiza la obra de Dios. Jesús salva, y su salvación es para ti. Hoy y aquí.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.