Miércoles 10 de mayo

Miércoles 10 de mayo
San Juan de Ávila, presbítero y doctor de la iglesia

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Juan 12, 44-50

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre’

Pistas: Si pides el Espíritu Santo y escuchas la Palabra de Dios, ésta trae luz para tu vida. Hoy lee este Evangelio aplicándotelo a ti mismo.
Si crees en Jesús, si le “ves”, encontrarás a Dios y caminarás en la luz. Estarás lejos de las tinieblas (de la oscuridad, de la confusión, de lo que te hace daño, del miedo, de la muerte). Si escuchas su palabra, ésta sólo puede traer salvación. Y si la aceptas no habrá juicio. Encontrarás a Dios y tendrás vida eterna. Pero si la rechazas, te perderás la vida, la salvación, el poder entrar en relación con Dios. Por eso Jesús no viene a juzgar sino a salvar y ser luz para que veas, para que creas.
Cada día puedes transformar en oración lo que lees en la Palabra. Profundiza en lo que te dice a ti personalmente. Déjate llevar por lo que sientas en el corazón: da gracias, pide, busca, alaba, bendice… ora. Acércate al misterio de Jesús y encontrarás la vida que no se acaba.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.