Viernes 26 de mayo

Viernes 26 de mayo
San Felipe Neri, presbítero

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Juan 16, 20-23a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada.»

Pistas: “Nadie os quitará vuestra alegría”.
Por un lado el mundo intentará quitar de en medio a Jesús y estará alegre porque creerá que ha vencido. No le importa todo el bien que Jesús hacía, ni quién podría ser, ni la verdad… Como decíamos ayer, eso mismo puede pasar en tu vida, en la sociedad o en la Iglesia. Puede parecer que el mal vence y que Dios no está. Pueden darse situaciones de tristeza y sufrimiento. Pero Jesús vuelve. Jesús se hace presente en medio de la comunidad y en el discípulo.
Por otro lado, este sufrimiento se parece al de un parto. El dolor, el sufrimiento, no son lo definitivo. Pero, a veces, como en una conversión, son el camino. Lo definitivo es que va a haber vida, que va a haber alegría y victoria. Lo definitivo es que Jesús va a estar ahí y que tu tristeza pasará.
¿Qué ocurre en tu propia vida, en la Iglesia o en el mundo? Si lo piensas detenidamente lo más importante es que vas a ver a Jesús. Puedes ponerle nombre a tus sufrimientos, tristezas y luchas… y mirar a Jesús resucitado y vencedor. Porque cuando Él está “nadie os quitará vuestra alegría”.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.