Viernes 21 de junio

Viernes 21 de junio
XV del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 12, 1-8
Un sábado de aquellos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado. Les replicó: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del Hombre es señor del sábado.

Pistas: Jesús no está en contra de las normas o los mandamientos, no está en contra de la ley ni de los ritos. Pero sí del legalismo y de los ritos rígidos vacíos de contenido. En disputa con los judíos sobre el sábado, Jesús intenta hacerles ver que han absolutizado una norma, una tradición, poniéndola por encima de las personas y de lo verdaderamente importante.
Esto nos advierte a nosotros también para que no convirtamos nuestra práctica religiosa, nuestra vida de fe o nuestra Iglesia en algo legalista, vacío, superficial o acomodado. Lo central es el encuentro con Jesús, “que es más que el templo”, que “es señor del sábado” y que nos enseña a ser sus discípulos. ¿A quién te pareces más, a los fariseos que señalan a los discípulos de Jesús o a Jesús que vive en la misericordia y el amor?
“Si comprendiérais lo que significa ‘quiero misericordia y no sacrificio’, no condenaríais a los que no tienen culpa”. Quizás tampoco entendemos esto nosotros ¿Qué nos quiere decir Jesús? Es una tentación señalar al que no lo hace bien o ser rígidos y estrictos con los demás, para parecer mejores nosotros o para camuflar nuestros defectos. En muchas ocasiones es fácil guardar las formas y señalar al que no lo hace. Pero Jesús nos enseña que el camino es el amor y la misericordia. Así se comporta Él con nosotros y así nos invita a vivir, de un modo nuevo y auténtico.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.