Miércoles 15 de Marzo

Miércoles 15 de marzo
II de cuaresma

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 20, 17-28
En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará.»
Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?»
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?» Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Los otros diez, que lo hablan oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»

Pistas: Los Evangelios que vamos leyendo en el tiempo de cuaresma son muy ricos en caminos que pueden llevarte a reflexionar y rezar. Las pistas pretenden ayudarte a comenzar. Y desde ahí déjate llevar por la Palabra de Dios. Aquello que te ayude en tu situación personal, o que te lleve a rezar, a alabar, a adorar, a comunicarte con Dios…
Jesús va con sus discípulos a Jerusalén. Por el camino les anuncia su pasión, muerte y resurrección. Ellos no entienden nada. No se dan cuenta de que el camino de Jesús es el amor y la entrega, no el poder o el triunfo político. Buscan todavía glorias humanas. La madre de Santiago y Juan le pide a Jesús que “se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Y Jesús vuelve a explicarles cuál es el camino: no ser servido sino servir, no ser primeros sino entregar la vida.
En la cuaresma se nos ofrece la posibilidad de examinar con más detenimiento cómo vivimos nuestro ser discípulos de Jesús. Analiza en qué cosas te has acomodado o si se te han pegado criterios que nada tienen que ver con el Evangelio.
Es tiempo de purificación y de misericordia. De poner luz y quitar la tiniebla de la mediocridad, de la mundanidad y del pecado. Tiempo de poner a Jesús en el centro.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.