Martes 14 de marzo
II de cuaresma
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.
Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Pistas: Podemos hacer dos lecturas de este Evangelio traduciéndolo a nuestro tiempo actual. Por un lado, a veces usamos los errores, pecados y defectos de algunos miembros de la Iglesia para excusarnos por nuestra falta de fe o nuestra fe tibia. No es más que eso: excusas. Así podemos no tomarnos en serio nuestra relación con Dios o nuestra moral. Pero la Iglesia es más que los pecados de los que la forman. En ella encontramos a Jesús y la gracia del Espíritu Santo. En ella está la verdad de lo que Jesús vino a revelar y la fuerza para vivir como discípulo suyo. Porque Jesús hace lo que dice.
Por otro lado, si tienes responsabilidad en la Iglesia o delante de tus amigos y familia eres el que reza, el que va a misa, el que ora con el móvil… ¡Ten cuidado! El Evangelio de hoy te avisa: no te vuelvas un fariseo. No hagas las cosas para que te vean. No juzgues a los demás ni busques glorias humanas.
El camino, si recuerdas, nos lo marcaba el Evangelio de ayer (puedes releerlo). Si quieres ser grande, sirve. Si quieres estar en lo alto, sé humilde. Si quieres ser fiel a Jesús, vive desde el corazón, desde el interior, vive con autenticidad como Él enseña. Vive en el amor. Y así serás grande.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.