Miércoles 11 de octubre
Santa María Soledad Torres Acosta, virgen,
San Juan XXIII, papa
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
Él les dijo: Cuando oréis, decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación».
Pistas: Jesús oraba constantemente y sus discípulos le piden que les enseñe a ellos a rezar. Ayer recordábamos la importancia de estar con Jesús y escuchar su palabra.
El Padre Nuestro es la oración que recoge los principios fundamentales de nuestra fe, pero además es la que reúne los elementos esenciales en un diálogo con Dios. Y el mismo Jesús nos la enseña. Por eso, hoy, con Jesús y a sus pies puedes rezar despacio la oración del Padre Nuestro, parándote después de cada frase, pensando lo que significa y haciendo oración con ellas.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.