Lunes 2 de octubre

Lunes 2 de octubre
Santos Ángeles Custodios

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más ivmportante en el Reino de los Cielos? El llamó a un niño, lo puso en medio, y dijo: Os digo que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los Cielos.
El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.

Pistas: Si nos preguntan quién es el más grande en el Reino de los Cielos, lo más probable es que escogiéramos a Madre Teresa de Calcuta, al Papa Francisco, a esta o aquella persona que nos parece que destacan por su fe, su entrega, su amor o su actividad. Pero Jesús nos da hoy una lección: toma un niño cualquiera y lo pone en medio. No sabemos si es bueno o malo, si es agradable o refunfuñón… Pero sí sabemos que sin amor, sin dirección, sin cuidados, no acabará bien. Esto no significa que tengamos que volvernos infantiles, nada de eso. Jesús siempre manda a sus discípulos que sean astutos, que estén vigilantes; pero también que sean humildes, que sean sencillos, que amen a Dios y a las personas.
Hoy Jesús nos muestra su predilección por los pequeños, también por los que están perdidos. En ellos está Jesús mismo. Lo que le hacemos a alguien necesitado, a alguien que ha extraviado su camino, se lo hacemos a Él. Por eso todo lo contrario a ser discípulo de Jesús son actitudes como el orgullo de creerse superior, el afán de poder y posiciones, el juicio a los demás…
¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos? ¿cómo te comportas con los pequeños y extraviados? ¿ves en ellos a Jesús? Porque el Padre no quiere que nadie se pierda. Y mírate también a ti mismo si te sientes pequeño, si te sientes perdido. Jesús te dice que no temas, que aunque consideres que no cuentas o que no eres importante, lo más grande, el Reino, es para ti.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.