Domingo 1 de octubre

Domingo 1 de octubre
XXVI domingo del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Respóndele con tu oración)

Evangelio según San Mateo 21, 28-32
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.» Él le contestó: «No quiero.» Pero después se arrepintió y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: «Voy, señor.» Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre? Contestaron: El primero. Jesús les dijo: Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y aun después de ver esto vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis.

Pistas: El pecador arrepentido (no quiere, pero al final fue), el fariseo que se justifica (dice que va, pero al final hizo lo que le dio la gana).
Jesús quiere remover las conciencias de aquellos hombres religiosos que le escuchan, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. Pero ellos son incapaces de acoger su mensaje porque se creen buenos y mejores que los demás. Tan incapaces que, aunque los pecadores a los que ellos señalaban con el dedo se convertían, ellos no recapacitan ni se arrepienten.
Jesús enseña que no vale acomodarse. Si te tienes por bueno y juzgas a los demás puede que seas como el hipócrita de esta parábola. Que digas o muestres una cosa y hagas otra. Se necesita un corazón humilde para escuchar a Dios y recapacitar, y si uno se ha equivocado, arrepentirse. No importa las veces que le hayas dicho a Dios que no, ni tus pecados o tu miseria. Importa que recapacites y vayas a la viña, que entres en el Reino, que sigas a Jesús y entres a formar parte de su Iglesia.
“Ve hoy a trabajar en la viña”. Tú decides… No importa lo que los demás digan de ti, no importa lo que hayas dicho tú…. Si quieres,ve; si crees que Dios tiene algo que decirte, ve; si necesitas dejarte sorprender, ve; si buscas y no tienes respuesta, ve, encuentra a Jesús, aprende de Él y todo cambiará en tu vida.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.