Sábado 21 de octubre
XXVIII semana del tiempo ordinario
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele con tu oración)
Evangelio según San Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del Hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del Hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.
Pistas: Los que rechazaron al Hijo de hombre, es decir, a Jesús durante su ministerio terreno, serán perdonados y se les dará una nueva oportunidad mediante el don del Espíritu. Pero si alguien rechaza al Espíritu, que ofrece el don del perdón, el arrepentimiento y la renovación ¿cómo podrá ser perdonado? Rechazar el Espíritu Santo es impedir la acción de Dios, es cerrarse a su salvación y amor.
La comunidad cristiana tiene la experiencia de la presencia y el poder del Espíritu Santo. Primero en Jesús. La vida de Cristo estaba llena del Espíritu Santo. Como verdadero hombre, sólo por la fuerza y poder del Espíritu Santo Jesús podía hacer milagros. Necesitaba su luz para tomar decisiones y seguir la voluntad del Padre. Las palabras de Jesús tenían autoridad y convertían los corazones por la presencia del Espíritu Santo. Y, asimismo, resucita por la acción del Espíritu Santo.
Después del día de Pentecostés sus discípulos experimentaron que la promesa de Jesús sobre el Espíritu Santo era cierta. Su cobardía se convirtió en valor. De estar encerrados y escondidos pasaron a anunciar a todos la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte. Y con el Espíritu Santo nada volvió a ser igual. Imagínate: es Dios y sus dones actuando en el corazón del hombre. Y también experimentaron que el Espíritu Santo les enseñaba lo que tenían que decir. Y tantos mártires a lo largo de la historia han dado y siguen dando en nuestros días testimonio de ello.
Pide a Dios que te llene de su Espíritu Santo. También tú estás llamado a vivir de un modo nuevo. Y Dios, siempre, cumple lo que promete.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.