Sábado 13 de mayo
IV semana de Pascua
Bienaventurada Virgen de Fátima
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Juan 14, 7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
Pistas: Conocer al Padre. ¿Cómo es posible conocer lo que no se ve? ¿Cómo podemos conocer a Dios? San Juan intenta ayudarnos a conocer a Dios haciendo que nos asomemos al misterio de Jesús. Ver al Padre es estar con Jesús, es escuchar su Palabra. Y, por eso, estos Evangelios te invitan a orar, a entrar en relación con Jesús, a aprender a rezar rezando.
Las obras dan testimonio de quién es Jesús. Hoy las obras de Jesús las hacemos los cristianos, con la fuerza del Espíritu Santo y en su Nombre. Las hace la Iglesia: “El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago y aún mayores”. Esto tiene una doble lectura: por un lado, saber descubrir la acción de Dios en el mundo y en tu propia vida. Por otro lado, tú y yo que somos Iglesia ¿sabemos el poder que tiene la oración? ¿hacemos las obras del Padre? Así el Padre será glorificado.
Recuerda esta promesa de Jesús: “Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré”. Jesús nos enseña a rezar, a comunicarnos con el Padre, de esta manera tan clara y sencilla. Habla con Jesús, rézale y conocerás a Dios.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.