Miércoles 5 de abril
San Vicente Ferrer, presbítero, conmemoración
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Juan 8, 31-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.»
Le replicaron: «Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?»
Jesús les contestó: «Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre.» Ellos replicaron: «Nuestro padre es Abrahán.»
Jesús les dijo: «Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre.»
Le replicaron: «Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios.»
Jesús les contestó: «Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió.»
Pistas: El pecado esclaviza, pero la palabra de Jesús revela la verdad y “la verdad os hará libres”. Por eso ser discípulo de Jesús significa poder ser libre. No con la libertad de los siervos, sino con la de los hijos. No con una libertad aparente, sino realmente libres. Hoy Jesús ofrece la libertad de vivir en la verdad. ¿Te atreves a creer en Jesús y ser libre?
Jesús les dice a los judíos que ni acogen su palabra, ni acogen al Padre a quien esa palabra revela, y como esto les incomoda e interpela quieren matarle. ¿Cuántas veces tenemos actitudes parecidas en nuestra vida? Preferimos seguir en nuestra rutina, creyéndonos los mejores, irreprensibles. No escuchamos la palabra de Jesús, ni vivimos en ella. ¿Cuántas veces preferimos la mentira y la comodidad, antes que vivir en la verdad y ser realmente libres? ¿Cuántas veces preferimos el pecado (puedes ponerle nombre y pensar en tus propios pecados) antes que acoger a Jesús y su palabra y seguirle? Y para librarnos de Él queremos matarle, le intentamos echar fuera de nuestra vida, le cerramos nuestros oídos y nuestro corazón.
Jesús quiere que seas libre, realmente libre. Esto sólo será posible si te acercas a Él. En su palabra encontrarás la verdad, en Él serás hijo que vive en casa del Padre (es decir, entrarás en relación con Dios, serás su familia). El mundo ofrece libertad, el pecado ofrece libertad, la mentira ofrece libertad… pero sólo Jesús cumple lo que promete. Sólo Él puede hacerte verdaderamente libre.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.