Miércoles 1 de marzo

Miércoles 1 de marzo
Miércoles de Ceniza

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio de San Mateo 6, 1-19
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
«Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
«Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Pistas: Hoy comienza la cuaresma. Los tiempos litúrgicos nos ayudan a no caer en la rutina, a profundizar en actitudes que tenemos que tener todo el año y en los misterios de la vida de Jesús. La cuaresma nos prepara para celebrar la muerte y resurrección de Jesús. Por eso, es tiempo de revisión de vida, de entrenar el espíritu, para quitar pecado y acercarnos más a Dios y su voluntad.
Y como esto es una gracia de Dios, es regalo, y a la vez tarea, se nos proponen en este Evangelio tres acciones. Jesús dice que no hay que hacerlas porque toca, o porque esté bien visto o por ser mejores que los demás. Sino desde lo profundo, como respuesta a la llamada de Dios y por Él.
Limosna: es ser justo. La medida es la justicia de Dios con nosotros, nos ama y nos perdona, nos salva. Por eso, siempre, pero como ejercicio en este tiempo, párate a pensar: ¿Hasta dónde puede llegar mi limosna? ¿qué puedo ofrecer a los demás? También en lo material, en lo que toca al bolsillo ¿puedo hacer algo por el que está peor que yo?
Oración. Nuevamente, Jesús invita a no hacer las cosas por motivos externos, sino desde el corazón, con autenticidad, por amor a Dios. Si queremos conocer mejor a Dios y su voluntad, si queremos tener un corazón nuevo, éste es el único camino: orar. Piensa: ¿Qué puedo hacer para mejorar mi vida de oración? ¿debo dedicar más tiempo? ¿necesito organizarme para sacar un rato de tranquilidad? ¿tengo que aprender a orar mejor?
Ayuno. Para decirle a Dios (y a ti mismo) que tus deseos, necesidades, lo que te apetece, no es lo más importante en tu vida. Podrás sentir hasta físicamente que tienes hambre de Dios y de su voluntad. Elige cómo quieres hacer el ayuno y hazlo. Verás cómo fortalece tu vida espiritual.
Tres propuestas para la cuaresma: limosna, oración y ayuno. Y como meta, estar más cerca de Dios y de su voluntad.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.