Miércoles, 26 de agosto
Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)
Evangelio según San Mateo 23, 27-32
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: «si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas»! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!
Pistas: Los sepulcros blanqueados diríamos hoy que son la sociedad de la imagen, las apariencias y del “postureo”. En muchos sectores de la sociedad o incluso en nuestra propia vida lo importante no es la verdad, ni lo que se hace en lo privado, sino lo que se ve externamente.
Los escribas y fariseos se llenan la boca diciendo que son justos, pero terminarán condenando a muerte a Jesús porque les molesta lo que les dice y su ejemplo. Y harán lo que criticaban a sus antepasados.
También nosotros corremos el riesgo de vivir como ellos: sólo de apariencias, llenos de egoísmo e intereses, justificando nuestros pecados. Nuevamente no se trata de condenar la sociedad o a los que viven así, sino de mirar dentro, mirar a la propia vida y descubrir lo que hay en uno mismo de fariseo.
Pon la luz de Jesús. Ella te mostrará la verdad y su misericordia limpiará tu corazón. El Espíritu Santo te dará la fuerza para vivir como discípulo de Jesús alejando de ti la mentira y la hipocresía.
El Evangelio nos invita a no tener dos caras, sino a vivir en la verdad, en la luz, siguiendo a Jesús. Para no caer en aquello que criticamos, para poder tener paz, para llamarnos hijos de Dios.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.