Martes 6 de junio
San Norberto, obispo
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Marcos 12, 13-17
En aquel tiempo, mandaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron: Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente.
¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos? Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: ¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.
Se lo trajeron.
Y él les preguntó: ¿De quién es esta cara y esta inscripción? Le contestaron: Del César. Les replicó: Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios. Se quedaron admirados.
Pistas: Los poderosos luchan contra Jesús porque sus intereses peligran. Les da igual la verdad, les da igual la pregunta… Lo único que quieren es encontrar una excusa para quitar a Jesús de en medio.
Ya sabéis que el pueblo de Jesús estaba bajo el dominio romano, una potencia extranjera, invasora y pagana. Los judíos los odiaban, pero muchos de las clases dirigentes se habían acomodado a la nueva situación y se aprovechaban de ella. Quieren pillar a Jesús y va una representación de partidarios de Herodes y fariseos a intentar “cazarle”. Jesús sabe quiénes son y qué intereses persiguen, y sale airoso ante una cuestión difícil: Si dice que sí, los judíos pensarían que les traiciona. Si dice que no, los romanos lo tildarían de revolucionario. Y ¿cuál es la verdad? La verdad es que son unos hipócritas.
Jesús está alejado de ser un bueno-tonto, de un buenismo indiferente a la verdad y al bien, o que busque quedar bien o no tener problemas. No deja que le engañen con cumplidos y le arrastren a su mundo de intereses y conspiraciones. A ellos les da igual lo que es del César y lo que es de Dios. Recordando la parábola de ayer, se han apropiado de la viña, se aprovechan de ella, no dan a Dios lo que es de Dios, y posiblemente se aprovechen también del “río revuelto” y su posición privilegiada.
Este Evangelio habla de la hipocresía, del poder, la corrupción, la mentira, la injusticia de ir contra un inocente, los intereses… Puedes pensar qué hay de esto en tu vida. Si en algunas cosas el mundo te está atrapando con sus mentiras y promesas falsas este Evangelio te dice que des a Dios lo que es de Dios y vivas las realidades del mundo con honestidad. También que si intentas ser coherente serás signo de contradicción como Jesús y muchos intentarán quitarte del medio.
Los bienes de este mundo tarde o temprano pasan. El Evangelio te pregunta también en qué estas invirtiendo, qué es lo fundamental para ti. Si tu respuesta es Jesús, recuerda que te ha prometido que te dará el Espíritu Santo, una sabiduría como la suya y una vida nueva.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.