Jueves 7 de septiembre

Jueves 7 de septiembre
XXII semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor

Evangelio según San Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la Palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban junto a la orilla: los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: Rema mar adentro y echad las redes para pescar.
Simón contestó: Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, que soy un pecador. Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: No temas: desde ahora serás pescador de hombres. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Pistas: Pedro deja a Jesús entrar en sus cosas. Acaban de llegar de estar toda la noche faenando y no traen pesca. Pero, a pesar del cansancio, hacen lo que Jesús les pide. Dejan a Jesús subir a la barca y enseñar.
Después, siguen haciendo caso a lo que Jesús les pide y reman mar adentro a pescar. Y por la Palabra de Jesús, donde antes habían fracasado ahora triunfan. Donde no habían encontrado ni conseguido nada, ahora llenan la barca. Mucho más de lo que cabía esperar.
Y, finalmente, Pedro y sus amigos, dejándolo todo, siguen a Jesús respondiendo a su llamada. Descubren que existe un modo distinto de hacer las cosas, que lo que Jesús ofrece lo cambia todo.
Ahora ilumina tu vida con lo que nos enseña el Evangelio: obedecer a Jesús, escucharle, dejarle entrar en tus cosas. A pesar del cansancio o de la frustración. Por su Palabra y fiándote de Él tendrás mucho más de lo que puedas imaginar. Mucho más.
Por eso merece la pena dejar lo que sea necesario. No para seguir una ideología o por un espejismo, sino para seguir a Jesús y descubrir y hacer su voluntad.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Manuel

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