Jueves 24 de agosto

Jueves 24 de agosto
San Bartolomé, Apóstol

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Juan 1, 45-51
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.» Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» Felipe le contestó: «Ven y verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?» Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre

Pistas: “Ven y verás”. Felipe fue y vio. E invita a otros a hacer lo mismo. Natanael (Bartolomé) fue y vio. De esto se trata la vida cristiana. Aunque te lo cuenten, aunque vivas tradiciones y cumplas, aunque tengas prejuicios, necesitas ir y ver. También da igual que se lo cuentes a otros, que le expliques teología a un amigo tuyo y le hables de todo lo que significa el cristianismo. Necesita ir y ver. Necesita encontrarse con Jesús, seguirle, aprender, conocer. Y eso será sólo el principio.
Reflexiona en qué momento estás tú. Necesitas dar el paso de acercarte a Jesús y dejar de vivir de oídas. O, tal vez, encuentras a personas en tu camino a las que quieres acercar a Jesús. El texto de hoy te muestra el camino. Y recuerda: “has de ver cosas mayores”. No te acomodes, sigue a Jesús. Porque ser discípulo es todo lo contrario de una vida rutinaria. Por eso, si ya lo has encontrado, necesitas seguir creciendo y aprendiendo cada día. “Ven y verás”.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.