Jueves 18 de mayo

Jueves 18 de mayo
San Juan I, papa y mártir

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Juan 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.»

Pistas: Todo esto que venimos leyendo es para que la alegría de Jesús esté en nosotros, Para que nuestra alegría llegue a plenitud. Porque el Evangelio no sólo nos enseña ideas o teorias, nos invita a dar un paso. Y el camino no es otro que Jesús mismo. Encontrarte con Él (en la oración, en los sacramentos) y estar en Él, permanecer en Él. Como el sarmiento unido a la vid, leíamos ayer.
La alegría de Jesús no es la alegría efímera del mundo (sucede con esto algo similar a la paz que leíamos hace un par de días). Es algo profundo, que nace del amor, del amor fiel que quiere corresponder al amor incondicional y misericordioso de Dios –por eso dice Jesús que hay que guardar los mandamientos-. Permanecer en el amor es no dejar que el pecado te seduzca con mentiras y engaños. Y si lo hace, ir a la luz y la vida que es Jesús y dejarnos amar y amarle viviendo como discípulos suyos. Y éste, no otros caminos que lo prometen, éste es el verdadero camino hacia la alegría. Imaginaos una alegría plena, eso es lo que Jesús te quiere regalar.
Jesús mismo te enseña el camino, Él mismo es el camino. Jesús te invita a conocer su alegría. ¿Te apuntas?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.