Domingo 9 de junio
XIV del tiempo ordinario
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Pistas: Por un lado, los sabios y entendidos para los que las cosas del Reino de Dios están escondidas. Por otro, los sencillos a los que el Padre se ha querido revelar. Piensa en cuál es la sabiduría de hoy. Piensa en quienes se creen en la posesión de la verdad. ¿Tal vez tú eres uno de ellos…? Pero entonces te acercas a Jesús, que te descubre los misterios del Reino, que quiere hablarte al corazón, que quiere revelarse a ti. No como una filosofía, sino que quiere encontrarse contigo, que conozcas al Padre, que conozcas a Dios.
Pero si todo lo sabes ¿cómo te va a enseñar Jesús? Serás verdaderamente sabio si con corazón sencillo te acercas a Jesús. Porque Él es el camino, la verdad y la vida.
Si estás cansado y agobiado, si buscas y no encuentras, si quieres entender y no entiendes… acércate a Jesús. Y encontrarás descanso. Si te crees sabio y entendido, pide un corazón sencillo que te permita ir más allá de tu verdad, para encontrar la verdad de Dios que se revela en Jesús. Y acércate a Jesús, encontrarás descanso. Echarás fuera de tu vida la queja, la violencia, la mentira, el orgullo… y encontrarás paz en Jesús (eso significa cargar con el yugo y ser manso y humilde).
De tantas maneras nos dice el Evangelio que en Jesús encontrarás salvación y alivio… Hoy te lo repite una vez más: Mírate a ti mismo ¿quieres lo que promete el Evangelio de hoy? Acércate a Jesús y lo encontrarás.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.