Viernes 22 de septiembre
XXIV semana del tiempo ordinario
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
Evangelio según San Lucas 8, 1-3
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando la Buena Noticia del Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Pistas: Jesús realiza su misión de anunciar el la Buena Noticia y con Él van sus discípulos. Aprenden y son partícipes de su misión. Y serán, con la fuerza del Espíritu Santo y la presencia de Jesús resucitado, los que continúen su obra.
Lo revolucionario es la presencia en el grupo de mujeres que siguen a Jesús y son por ello también discípulos, en igualdad de condiciones. Jesús confiere una dignidad y un papel nuevos a la mujer, no sólo porque le otorga el derecho a conocer las «buenas noticias del reino de Dios», sino también la participación en el ministerio. Pongámonos en la situación de un momento de la historia en el que algunos rabinos dudaban incluso de la capacidad de la mujer para aprender la Torah (la ley judía) y en el que la autonomía social de la mujer era muy escasa. Pero en los evangelios el cambio es radical: las mujeres son las primeras que llevan a los apóstoles la noticia de la resurrección.
Jesús va con sus discípulos que le siguen, aprenden de Él, son salvados por Él ¿Quieres ser discípulo suyo? ¿te preguntas qué hay que hacer? Síguele, aprende de Él, deja que te llene del Espíritu Santo, que te revele al Padre, que te enseñe su modo de hacer las cosas ¿Quieres ser de los suyos?
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.