Viernes 18 de agosto

Viernes 18 de agosto
XIX semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? El les respondió: ¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne»? De modo que ya no son dos sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
Ellos insistieron: ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse? El le contestó: Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así. Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer ─no hablo de prostitución─ y se casa con otra comete adulterio.
Los discípulos le replicaron: Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse. Pero él les dijo: No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los Cielos. El que pueda con esto, que lo haga.

Pistas: El Evangelio de hoy recoge las enseñanzas de Jesús sobre el matrimonio y el celibato por el Reino de los Cielos.
Defiende Jesús que el camino más perfecto es que lo que Dios une, el hombre no lo separe. El matrimonio entre un hombre y una mujer une de tal modo que los que eran dos, son una sola carne. Pero pongámonos en el contexto de estas palabras. Un tiempo en el que la situación de la mujer era tal, que la que era repudiada por su marido tenía que volver a la casa paterna, deshonrada y deshonrando a su familia. Muchos rabinos defendían que un hombre podía repudiar a su mujer por cualquier motivo (por ejemplo, si no le gustaba cómo cocinaba), siendo ésta una manera de tener subyugada a la mujer. Ahora podemos entender mejor el alcance de la explicación que da Jesús.
La enseñanza de Jesús, citando la escritura, explica el matrimonio como una institución para toda la vida. Y en las primeras comunidades cristianas la institución del matrimonio va devolviendo la dignidad a la mujer, porque manda al hombre amarla como Cristo ama su Iglesia.
Por último, Jesús señala que el celibato es un don (es decir, es gracia y tarea) y que es un camino válido. Probablemente Mateo recoge estas palabras de Jesús para confirmar a aquellos que habían elegido el celibato imitando a Jesús.
Puedes aprovechar este Evangelio para hacer un examen sobre tu vida matrimonial o, si eres célibe, sobre tu celibato. Dos opciones de vida que Jesús propone.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.