Viernes 11 de mayo

Viernes 11 de mayo
VI semana de Pascua

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Hechos de los apóstoles 18, 9-18
Estando Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una visión: «No temas, sigue hablando y no te calles, que yo estoy contigo, y nadie se atreverá a hacerte daño; muchos de esta ciudad son pueblo mío.» Pablo se quedó allí un año y medio, explicándoles la palabra de Dios.
Pero, siendo Gallón procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron en masa contra Pablo, lo condujeron al tribunal y lo acusaron: «Éste induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la Ley.»
Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Gallón dijo a los judíos: «Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería razón escucharos con paciencia; pero, si discutís de palabras, de nombres y de vuestra ley, arreglaos vosotros. Yo no quiero meterme a juez de esos asuntos.» Y ordenó despejar el tribunal.
Entonces agarraron a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le dieron una paliza delante del tribunal. Gallón no hizo caso.
Pablo se quedó allí algún tiempo; luego se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria con Priscila y Aquila. En Cencreas se afeitó la cabeza, porque había hecho un voto.

Pistas: El mensaje de la resurrección: “No temas” es el mismo que el Señor repite en su Iglesia. Si el Señor está, si su Espíritu actúa, no hay nada que temer.
El libro de los Hechos sigue avanzando y Pablo se queda año y medio en Corinto enseñando a los nuevos cristianos. Aparecen dificultades y hay persecuciones de aquellos que no quieren permitir el nuevo camino. Pero la gracia de Dios sigue actuando.
¡Cuánto debemos a esos primeros cristianos que fueron capaces de fiarse de Dios! Arriesgaron todo lo que eran y lo que tenían porque se encontraron con Jesús, se llenaron del Espíritu Santo y siguieron los caminos que les inspiraba.
El libro de los Hechos hace pensar en la propia vida de discípulos y en la Iglesia. En cómo el mensaje se fue expandiendo a pesar de las dificultades y a quienes lo acogieron les cambió la vida y se llenaron de una alegría nueva que no habían experimentado antes. Al releer la lectura piensa en cómo te dejas guiar por el Espíritu, qué puedes hacer en la Iglesia para que tú y muchos otros puedan recorrer el camino de Jesús.

Relee la lectura, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.