Sábado 7 de abril
Sábado de la octava de Pascua
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Marcos 16, 9-15
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.»
Pistas: El Evangelio de hoy parece un resumen de los que hemos ido leyendo durante esta semana. Pone el acento en la dificultad para creer en el testimonio de aquellos que vieron y experimentaron que Jesús había resucitado y está vivo, sin tener la experiencia personal de encuentro con Él.
Les parece algo tan increíble… No se acuerdan que Jesús lo prometió. No les sirve el testimonio, tienen que experimentarlo. Quizás esto te pase a ti, o a personas a las que les hablas de Jesús. Es necesario encontrarse con Él en persona. La oración, la comunidad, la Palabra que lees cada día y con la que rezas, los sacramentos (la Eucaristía) son el camino para encontrarse con Jesús –como has ido viendo estos días-.
Y ese encuentro con Él no deja indiferente al que lo experimenta. María, los dos de Emaús, los Apóstoles, todos sienten la llamada de Jesús a salir: “id y proclamad”. Si quieres crecer en tu vida de fe, esto también es algo que tienes que hacer: encontrarte con Jesús, experimentar su salvación. Y descubrir cómo te dice a ti: ve y anuncia. Y, por supuesto, tener el valor de hacerlo. Jesús está vivo.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.