Sábado 5 de agosto

Sábado 5 de agosto
La dedicación de la Basílica de Santa María

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 14, 1-12

En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes: Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan en él.
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.
El rey lo sintió; pero por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

Pistas: Herodes representa la inmoralidad, la corrupción, la injusticia, la superstición. Juan el Bautista simboliza la verdad, la honestidad. Y por eso, cuando Herodes oye hablar de Jesús, que tiene autoridad, como Juan, queda confundido.
El Evangelio de hoy nos pone sobre la mesa muchas cuestiones que hacen daño, a uno mismo o a los demás: poder, placer, injusticia, orgullo… Así sigue nuestro mundo en muchos aspectos, y en ocasiones estas cosas se cuelan también en nuestra vida. Si acoges a Jesús tendrás que cambiar. De lo contrario te sucederá como a Herodes y quedarás atrapado lejos de la verdad. Pregúntate qué está moviendo tu vida. Y si cuestiones como el poder, el orgullo, el placer… te hacen alejarte de Jesús.
Por otra parte, el Evangelio de hoy nos muestra también las consecuencias de vivir como Jesús o como Juan. A la gente embriagada de poder, injusticia… no les importa la verdad, no se dejan interpelar por ella y les molesta que se ponga de manifiesto. Por eso, si tú decides vivir como discípulo de Jesús, muchos te despreciarán, te criticarán… Desde luego no es éste el camino fácil. Pero con Jesús sabemos que es el camino de la salvación, de la luz, de la verdad y de la vida.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.