ábado 22 de abril
Octava de Pascua
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Marcos 16, 9-15
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.»
Pistas: Me decía un amigo que éste es el Evangelio de “a la de tres”. Primero se aparece a María Magdalena, ella da testimonio; pero no la creen. Después a otros dos, que también dan testimonio; tampoco les creen. Y, por último, a los Once. “Les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón”. Hasta la tercera no va a la vencida. Jesús mismo aparece en medio de ellos cuando estaban a la mesa.
Hasta que no aparece Jesús, hasta que ellos no le experimentan, no creen. El testimonio de otros puede dar motivos para creer, pero al final necesitas encontrarte con Jesús. Por eso es tan importante la oración y los sacramentos si quieres tener una fe viva. Por otro lado, Jesús no se cansa ni se rinde hasta que son capaces de reconocerlo. Tampoco contigo se cansará de darte pistas de su presencia, si lo necesitas. Tu corazón duro y tu incredulidad no le harán irse, al contrario. Y cuando experimentes que Jesús está vivo tendrás el mayor regalo.
Finalmente, la misión: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. Es una noticia tan importante que no se puede guardar para uno mismo. Y como ya te habrás dado cuenta, siempre que alguien se encuentra con Jesús siente la urgencia de contarlo a los demás. Forma parte de la fe cristiana dar testimonio de que Jesús está vivo, anunciando el Evangelio a todos. Si quieres crecer en la fe necesitas evangelizar (vivir como Jesús enseña y anunciarlo). Es el mandato que nos deja Jesús: anunciar y proclamar el Evangelio. Y en tu caso ¿qué lugar ocupa esto en tu vida? ¿cómo llevas a cabo esa tarea que te ha puesto Jesús?
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.