Sábado 2 de junio

Sábado 2 de junio
Santos Marcelino y Pedro, mártires

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Marcos 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén, y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores, y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?
Jesús les replicó: Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme.
Se pusieron a deliberar: Si decimos que es de Dios, dirá: «¿Y por qué no le habéis creído? » Pero como digamos que es de los hombres. (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta) Y respondieron a Jesús: No sabemos. Jesús les replicó: Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.

Pistas: ¿No han cambiado nada las cosas en tantos siglos? Dan ganas de hacerles preguntas de este estilo a muchos políticos, recurrir a la hemeroteca y mostrarles que dicen una cosa y a continuación la contraria… Pero no sólo ellos ¿Cuántas veces nosotros preferimos no tomar partido, andar por la vida como quien surfea una ola? ¿poner una vela a Dios y otra al diablo?
Con Jesús no valen medias tintas. Si no quieres ver la verdad de tu vida y del mundo, entonces el mal, el pecado, la mentira, el demonio… ganarán la partida. Porque Jesús es la verdad. ¿Quieres conocerle? Llama a las cosas por su nombre, en tu vida, en el mundo, en tu parroquia o comunidad, en tu familia, en tus amistades, en tus negocios… ¿Quieres conocer la verdad de quién es Jesús, descubrir la autoridad de su enseñanza? No busques excusas, no vivas de intereses.
La autoridad de Jesús le viene de ser el Hijo de Dios y el hombre lleno de Espíritu Santo. La pregunta de las autoridades judías se debe a que había expulsado a los vendedores y cambistas del templo. La visión de Jesús sobre la fe en Dios y su vivencia es radicalmente opuesta a intereses, negocios… Él quiere que cambien los corazones.
Si en el templo que es tu corazón has dejado entrar lo que no debe estar, tendrás que dejar que Jesús lo eche fuera. Y cuando esto suceda encontrarás una paz, una alegría, una libertad que no habías podido experimentar antes. Si eres capaz de dejar a un lado todo lo que tergiversa tu relación con Dios, si dejas al Espíritu Santo mover tu vida, su luz cambiará las cosas en ti.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.