Sábado 19 de mayo
VII semana de Pascua
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Hechos de los apóstoles 28, 16-20. 30-31
Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en una casa, con un soldado que lo vigilase.
Tres días después, convocó a los judíos principales; cuando se reunieron, les dijo: «Hermanos, estoy aquí preso sin haber hecho nada contra el pueblo ni las tradiciones de nuestros padres; en Jerusalén me entregaron a los romanos. Me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judíos se oponían, tuve que apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo. Por este motivo he querido veros y hablar con vosotros; pues por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas.»
Vivió allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.
Pistas: Pablo lucha por la verdad y por las personas, no contra las personas. Sigue el ejemplo de Jesús. Como venimos viendo, ni Pablo, ni Pedro, ni ninguno de los Apóstoles utilizan estrategias, conspiraciones, influencias… para ir contra sus enemigos. Sólo luchan por anunciar el mensaje de Jesús y vivir como discípulos suyos. Sólo buscan vivir la vida del Espíritu.
Puedes pensar en la Iglesia o en tu vida de fe ¿cómo la enfocas? ¿buscas el bien y la verdad o tu interés? ¿buscas vivir en el amor, ser fiel a Jesús o tener la razón, hacer las cosas a tu manera…?
Otro aspecto que va quedando claro en el libro de los Hechos es que aquellos que se encuentran con Jesús lo colocan en el centro de su vida y todas sus decisiones. Y cambian su estilo de vida, que ahora está orientado a buscar y cumplir la voluntad de Dios. Haciendo esto encuentran alegría, libertad, paz, fortaleza, esperanza… Si lees las cartas de Pablo verás que esta experiencia la expresa en muchas ocasiones.
La Palabra de Dios te invita a poner el centro de tu vida en Cristo y a vivir como discípulo suyo. Sin duda, merece la pena. Y la muestra es que los discípulos, a pesar de que fueron perseguidos o acosados, sólo tenían como objetivo seguir el ejemplo de Jesús, Por ello, ora, pide el Espíritu, revisa tu vida y síguele.
Relee la Lectura, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.