Sábado 14 de octubre
San Calixto I, papa y mártir
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron! Pero él repuso: Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!
Pistas: Hace dos días que leíamos este Evangelio, en la fiesta de la Virgen del Pilar, y hoy el tiempo ordinario de la liturgia nos vuelve a proponer este pasaje. Jesús enseña a sus discípulos a vivir con fidelidad y autenticidad. A vivir desde el corazón. Ni el puesto o el estatus pueden servir para ser feliz o para tener fe. Eso no te hace más grande ni mejor. Pero sí te da una mayor responsabilidad y el deber de ser fiel.
La escucha de la Palabra de Dios nos lleva al encuentro con Él, a conocer su voluntad, a poder asomarnos al misterio de su amor no sólo desde una perspectiva intelectual sino con todo nuestro ser. Ese encuentro personal con Dios (como vais experimentando al leer el Evangelio cada día y rezar con él) sí que nos hace grandes y dichosos. Porque nos lleva a conocer a Dios y tener una visión de la realidad con su perspectiva. Por eso cambia nuestra manera de actuar, se abre un nuevo camino ante nosotros y al recorrerlo aprendemos a cumplir lo que nos va mostrando.
Dios se nos revela en su Palabra y nos invita a responderle con amor y fidelidad. No te detengas, sigue escuchando, rezando y cumpliendo, y serás dichoso.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.