Sábado 10 de marzo

Sábado 10 de marzo
III semana de cuaresma

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: «¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.»
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: «¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.»
Os digo que este bajo a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Pistas: Dos hombres, uno justo, cumplidor, “de los buenos”. Otro, un pecador público, un hombre señalado por los demás, “de los malos”. El primero no necesita salvación, ni busca a Dios. Sólo se busca a sí mismo y su propia gloria. El otro se sabe pecador, se sabe indigno y necesitado de Dios. El primero no va a encontrar a Dios, el otro sí. El primero no acepta la salvación de Dios, el otro sí. El primero se vanagloria y autojustifica, el otro reconoce todo lo que le hace falta y en lo que falla. Y tú ¿a cuál de los dos te pareces más?
Un detalle importante es que Jesús no dice que el fariseo fuera malo, no dice que fuese mentira que era mejor que los demás. Pero su actitud soberbia y prepotente le impide el encuentro con Dios. Sin embargo, la humildad nos permite vivir en la verdad, nos permite amar y aceptar ser amados, necesitar a Dios y entrar en su corazón misericordioso.
Es tiempo de cuaresma, tiempo de conversión, y hoy la Palabra de Dios te invita a presentarte ante Él con un corazón humilde.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.