Miércoles 4 de octubre

Miércoles 4 de octubre
San Francisco de Asís

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: Te seguiré a donde vayas. Jesús le respondió: Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo: Sígueme. El respondió: Déjame primero ir a enterrar a mi padre. Le contestó: Deja que los muertos entierren a sus muertos, tú vete a anunciar el Reino de Dios.
Otro le dijo: Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia. Jesús le contestó: El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.

Pistas: Ayer leíamos cómo Jesús era rechazado. Él se dedica a anunciar el Reino sin seguridades humanas. Por eso seguirle es exigente. Su estilo de vida también. No vale mirar al pasado, ni poner condiciones. Porque Jesús lo da todo por ti, por las personas. Su amor supera toda medida, por eso puede pedir todo. Porque a través de Jesús Dios te da todo. Por eso no valen medias tintas.
Seguirle da vida, en esa línea hay que interpretar la frase: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”. Tú sigue el camino de la vida y anuncia el Reino. Los muertos son los que rechazan a Jesús porque quedan atrapados por el pecado. Además, seguir a Jesús es encontrar el mejor camino que uno puede desear o soñar. Por eso ¿para qué mirar hacia atrás? En una carrera mirar hacia atrás hace perder tiempo y es peligroso. Añorar el tiempo en que uno estaba perdido es echar de menos las tinieblas, el pecado, la mentira, el egoísmo, la comodidad…
Lee el Evangelio y deja que Jesús te diga: ¡Sígueme! Será el mejor camino que puedas soñar, pero también el más exigente. Jesús te dará todo, te llenará de su Espíritu, te dará sus dones. Todo. No te dejará solo, caminará a tu lado. Lo ha prometido y cumple sus promesas. Por eso en esta entrega no valen medias tintas.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración