Miércoles 28 de marzo
Miércoles Santo
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Lectura del santo evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: «El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.»» Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?»
Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.» Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: «Tú lo has dicho.»
Pistas: Parece que Jesús está intentando hasta el final hacer pensar a Judas, dándole oportunidades para que se arrepienta, para que salga a la luz la verdad. Sigue siendo de los suyos, de sus Apóstoles, de sus discípulos. Pero ha decidido traicionarle y que otras cosas sean más importantes en su vida. Y aunque Jesús le dice claramente que lo sabe, esto no causa ninguna reacción en él. Le avisa de las consecuencias, pero Judas sigue adelante con sus intenciones. Disimula: “¿Soy yo acaso, Maestro?”. ¿Qué pensaría, qué sentiría, cuáles serían sus motivaciones?
Este Evangelio puede sugerirte muchos temas para reflexionar. Ningún grupo humano es perfecto. Ni siquiera el Hijo de Dios eligió un grupo “perfecto”. Uno de los suyos le traiciona. Pero aún así, la voluntad del Padre se cumplirá. Puedes pensar en tu vida, en tu comunidad, en el mundo, en la Iglesia. Hay Judas, hay personas que conspiran, que están equivocadas y buscan el mal… Pero en medio de eso vencerá el amor, vencerá Jesús, vencerá Dios.
Jesús lucha contra el mal, pero lo hace con la verdad y el amor. En ningún momento se pondrá al nivel de sus adversarios. Podría utilizar su poder e influencia. Sin embargo, continúa por el camino del amor, la verdad, la misericordia… No por el de las influencias, el poder, la manipulación o la venganza. Jesús se enfrenta al mal desde el bien.
Ahora lee el Evangelio otra vez y deja que hable a tu vida. Reza y contempla a Jesús.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.