Miércoles 26 de julio
Santos Joaquín y Ana, padres de la Bienaventurada Virgen María (Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago.
Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas:
Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron; Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga.
Pistas: Hace pocos días que leíamos este Evangelio. Que la lectura continua del Evangelio de San Mateo en el tiempo ordinario nos la vuelva a repetir nos da la oportunidad de comprobar algo asombroso de la Palabra de Dios. Cada vez que la leas, si lo haces con fe, con la luz del Espíritu Santo y la aplicas a tu vida, te dirá algo para la situación que estás viviendo. Así que te invito a hacer eso.
Relee el Evangelio pensando en tu vida ¿Qué te quiere decir hoy Dios con su Palabra?
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.