Miércoles 18 de octubre

Miércoles 18 de octubre
San Lucas, evangelista

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino de Dios.”»

Pistas: Jesús llama y envía.
Pensad en estos setenta y dos. Son amigos de Jesús, son sus discípulos, convencidos de que Él es lo que estaban buscando. El Mesías esperado, el que trae la salvación y el Reino de Dios. Aunque también perciben la oposición, pero se fían de Jesús. Él no les engaña: “Os mando como corderos en medio de lobos”. Les pide que se fíen de Él, que no lleven seguridades (talega, alforja, sandalias), les pide que se entreguen, que lo den todo (no os detengáis a saludar), que no busquen su interés o el éxito (no cambiéis de casa). Les manda llevar su paz, entrar en las vidas de los que les reciban (“comed lo que os pongan”). Realizarán los mismos signos que Jesús realiza. Está cerca el Reino porque está cerca Jesús.
Ahora piensa en tu vida, en tu comunidad, en tu parroquia, en tu familia, en la Iglesia. Jesús llama y envía a sus amigos y discípulos. Esto es lo primero: ser sus discípulos. Que se fían de Él y se ponen en camino. No vale sólo con conocerle, admirarle o estar de acuerdo con sus enseñanzas. Lo que Jesús te pregunta es si estás dispuesto a escucharle y obedecerle. Si estás dispuesto a seguirle.
Ponte en camino. Escucha a Jesús y ponte en camino. Pon en camino tu comunidad, tu parroquia, tu grupo de oración, tu familia… Por donde Jesús te pida. Fiándote de Él, descubriendo su voluntad. Y llevarás su Reino y su salvación a donde tú vayas.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.