Martes 8 de agosto

Martes 8 de agosto
Santo Domingo De Guzmán, presbítero

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 15, 1-2. 10-14

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y letrados de Jerusalén y le preguntaron: ¿Por qué tus discípulos desprecian la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer? Y, llamando a la gente, les dijo: Escuchad y entended: No mancha al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre.
Se acercaron los discípulos y le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oírte? Respondió él: La planta que no haya plantado mi Padre del cielo, será arrancada de raíz. Dejadlos, son ciegos, guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.

Pistas: La imagen, las apariencias, el “qué dirán”, pesan mucho en nuestra sociedad y también en nuestra Iglesia. ¿Cuántas veces nos aferramos a tradiciones externas, a maneras de hacer las cosas, para no tener que mirar dentro de nosotros? Y nos escandalizamos y señalamos a otros cuando no cumplen. Nos preocupamos porque las cosas “no son como antes” aunque nuestro corazón esté vacío o hayamos dejado sitio al pecado en él. Nos importan las cosas, lo externo, pero no las personas. Y buscamos la manera de señalar a los demás para creernos mejores y estar tranquilos.
No son las apariencias ni las tradiciones, sino lo que hay en tu corazón lo que importa. Porque eso es lo que te mueve. Para qué mirar a los demás. Mejor mira dentro de ti: ¿qué encuentras?
Si eres guía de otros -en tu familia, entre tus amigos, en tu comunidad o en tu parroquia- deja que la Palabra de Dios te hable. Jesús es la luz y el Espíritu Santo hace brillar esa luz en tu corazón. Ahí es donde tienes que mirar y preguntarte ¿qué tengo dentro? ¿qué sale de ahí?
Si Jesús es tu guía, si el Espíritu Santo llena de la luz de Jesús tu corazón, no eres ciego. Caminarás y ayudarás a otros a caminar. Y harás las obras del Espíritu, porque de tu corazón saldrá lo que te llena, porque Jesús orienta tus pasos.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.