Martes 26 de septiembre

Martes 26 de septiembre
Santos Cosme y Damián, mártires

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Lucas 8, 19-21

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces le avisaron: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Él les contestó: Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra.

Pistas: Jesús nos dice hoy que para ser familia suya no bastan los lazos de sangre, ni siquiera querer estar en su presencia. Es necesario escuchar su Palabra y ponerla por obra. Eso es lo que nos hace estar en relación con Jesús. De este modo somos su familia, somos de los suyos.
El Evangelio de hoy podemos conectarlo con la parábola del sembrador que leíamos hace unos días. La semilla cayó en el camino, entre piedras, entre zarzas y en tierra buena. La del camino la comieron las aves, en las piedras no pudo echar raíz y se secó, y la que cayó en las zarzas fue ahogada al crecer éstas. Quitar piedras y zarzas, no quedarnos mirando desde el camino, para ser buena tierra en la que la Palabra pueda crecer y dar fruto. Éste el medio para poder ser discípulos de Jesús.
Cuando seguimos a Jesús y ponemos en práctica el modo de vida que Él enseña, nos convertimos en parte de su familia. Ya no nos conformamos con verlo desde fuera, sino que compartimos con Él todo lo que somos. Hoy Jesús te dice que, si tú quieres, eres parte de su familia.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.