Martes 24 de octubre
San Antonio María Claret, obispo
(Recuerda: 1. Pide el Espíritu Santo 2. Lee despacio y entiende 3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.
Pistas: Estar vigilantes es lo contrario de acomodarse, estar dispuesto es lo contrario de ser pasivos y perezosos. Jesús invita hoy a estar preparado. Porque la fe es un camino, no vale decir: “Ya creo, gracias Señor” y que esto no afecte para nada a tus decisiones, a tu día a día.
Estar vigilantes. Con la cintura ceñida (imaginaos la vestimenta judía, para ponerse en camino, para trabajar, había que ceñirse la ropa), dispuestos al trabajo, atentos a lo que Dios pida. Con las lámparas encendidas, con la luz del Espíritu Santo en el corazón, llenos de Él y sus dones, para no andar a oscuras, con miedo, tropezando… sino ver el camino que Dios nos pide. Para poder abrir al Señor cuando venga y llame. Para lo que sea, cuando sea. En castellano lo decimos con un refrán “no dejar para mañana…”. La mediocridad, la pereza, acomodarse en el pecado o la mentira… es un camino contrario a la fe en Jesús e impide que crezcamos, que seamos felices, que podamos abrir la puerta a Cristo.
Revisa con todo esto tu vida ¿Te da pereza dedicar tiempo a la oración, a conocer más a Jesús, a dejar que Dios sea el centro de tu vida? Jesús te invita a estar preparado, vigilante, dispuesto, con la luz del Espíritu en ti, con la puerta abierta para cuando Él llegue. Pídele que no te deje anclarte y ponte en camino.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración