Martes 2 de mayo

Martes 2 de mayo
San Atanasio, obispo y doctor

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo.»»
Jesús les replicó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan.»
Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»

Pistas: San Juan quiere dejar claro que la fe en Jesús es el único camino para tener vida. Que sólo por medio de Él se puede alcanzar una vida plena. Jesús puede saciar el hambre y la sed que hay en el corazón del hombre. Le piden un signo para creer en Él y Jesús les dice que Él es el signo. Que Él es el Pan.
En la Eucaristía Jesús se hace presente en el Pan. Y, tambien, en este texto se hace referencia también a la necesidad de plenitud que hay escrita en lo profundo del ser de cada persona. Jesús es “el pan de Dios que baja del cielo y da vida al mundo”. El de Moisés sólo era de transición, “para salir del paso”. El de Jesús es otra cosa. Es el que da vida. Es el signo definitivo.
Si encuentras en ti sed y hambre, si necesitas más en tu vida, si hay un vacío en ti que no se llena, Jesús saciará tu hambre y tu sed. Dirígete a Él. Confía en Él. Jesús es quien dijo ser.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.