Martes 14 de febrero
Santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo, patronos de Europa
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
-«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa.” Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino de Dios.”»
Pistas: Jesús elige y envía. Han estado con Él y ahora van delante, de dos en dos (como Iglesia). No van en misión particular, sino para Jesús. Les da unas instrucciones concretas. Y tienen que hacer lo mismo que Él hace: curar y anunciar el Reino.
“Rogad al dueño de la mies que mande obreros a su mies”, dice Jesús, que sabe que la tarea es ingente.
El primer paso es estar con Jesús, conocerle, descubrir quién es. Y cuando Él envía: obedecerle, fiarse, lanzarse. Jesús necesita personas valientes que “como corderos en medio de lobos”, se atrevan a llevar paz, salvación, curación. A llevarle a Él y su Reino a los demás. No te preocupes, Dios cuida de ti porque “el obrero merece su salario”. Si vas en su nombre, sé humilde, no busques tus intereses, no te apoyes sólo en tus fuerzas. Y recuerda que anunciar a Jesús forma parte de ser discípulo suyo, no es tarea de curas y monjas, sino de todos los que tenemos fe.
“La mies es mucha”, los que necesitan a Jesús son muchos. Y tú… ¿te apuntas a ir?
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.