Martes 11 de julio

Martes 11 de julio
San Benito, abad, patrono de Europa

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 19, 27-29

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?» Jesús les dijo: «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna»

Pistas: ¿Qué te va a tocar si sigues a Jesús? ¿si le sigues incondicionalmente? Parece que tienes que renunciar a mucho y dejar atrás cosas. Una vez un cura decía que antes tenía familia de sangre pero, ahora, además de ésa, tiene la familia de la fe. Tantos a los que querer y tantos que le quieren como la familia de sangre (incluso a veces más). Y añadía que no tiene casa pero posee una casa más grande en la que acoger a otros (porque así vive él). Y cada vez que leo este Evangelio me acuerdo de esto que le escuché.
En realidad, las renuncias por seguir el camino que Dios te pide son la siembra de una riqueza que comienza aquí y dura hasta la eternidad. Riqueza en amor, en familia… A veces también en preocupaciones y desvelos… Pero el premio es el amor y la vida. Porque el camino es también ese amor y fidelidad al Señor.
Piensa en la llamada o llamadas que Dios ha hecho y hace en tu vida. Esto no es solo para los curas o las monjas. Dios te llama a seguirle y señala caminos concretos por los que ir. Y esto requiere esfuerzo y sacrificio, oración, amor y fidelidad. Y seguramente errores. Pero Dios te muestra su misericordia. Y, si caes, te levantarás.
Recibirás cien veces más porque te darás cuenta del amor que Dios te tiene. Y todas esas renuncias y entrega no serán una obligación o una imposición, sino un acto de amor que genera amor y que da vida.
No te escribo teorías. No es una historia bonita para mantenernos sedados. Esto ha sido así y es así en la vida de muchos cristianos. ¿Quieres que sea así en la tuya?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.