Lunes 7 de mayo

Lunes 07 de mayo
VI semana de Pascua

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 16, 11-15

En aquellos días, zarpamos de Troas rumbo a Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, colonia romana, capital del distrito de Macedonia. Allí nos detuvimos unos días.
El sábado salimos de la ciudad y fuimos por la orilla del río a un sitio donde pensábamos que se reunían para orar; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que hablan acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo.
Se bautizó con toda su familia y nos invitó: «Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa.» Y nos obligó a aceptar.

Pistas: Pablo está en tierra pagana, en Filipos (ahí creará una comunidad a la que dirigirá la carta a los Filipenses).
Un día, paseando por donde sospechaban que podía haber conversos judíos o judíos en la diáspora, encuentran a una mujer llamada Lidia (de Tiatira una ciudad de la actual Turquía). El Señor, quien actúa, es el que toca el corazón de esa mujer. Ésta es una bonita lección de esta lectura ¿Qué diría Pablo para que suscitara en esta mujer el deseo de hacerse discípula de Jesús? Ella escucha y Dios actúa. Porque no basta con estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Tienes que abrirte a Dios, dejar de lado tus barreras y permitir que Él obre en ti. Y, una vez que le dejas entrar en tu vida ¿lo guardas sólo para ti? ¿hablas de Dios a los demás? ¿cuentas lo que Dios hace en tu vida? ¿buscas encontrarte con personas que tienen fe?
Esta mujer se convirtió y con ella toda su familia. Y la familia se hace más grande: «Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa». Una doble lectura tiene esto. Por un lado, a Lidia le cambia la vida, sus miras se hacen más grandes. Por otro, respecto a los que le anunciaron el mensaje, Lidia pudo pensar: ¿Esto es auténtico? Si así lo crees, ven a mi casa, acepta mi compañía porque yo ya soy de los discípulos del Señor. Una nueva familia.
Dios toma la iniciativa siempre, y aquellos que son capaces de dejarse guiar, de compartir, de escuchar, se encuentran con Él y se convierten. Pero ahí no acaba todo. Se dedican a bendecir a otras personas (a Lidia, a su familia, al propio Pablo y sus acompañantes).
El libro de los Hechos sigue mostrándonos el camino de la Iglesia, sorprendente, persona a persona, por mil medios, de mil maneras… Pero siempre con la actuación del Espíritu Santo, siempre creando comunidad, siempre llevando a Jesús. Y ¿hoy? ¿qué te dice el Señor a ti? ¿estás dispuesto a dejarle actuar en tu vida?

Relee la lectura, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oració