Lunes 27 de noviembre
XXXIV semana del tiempo ordinario
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.
Pistas: Este Evangelio pone a examen nuestra autenticidad en la vivencia del Evangelio. ¿Hasta dónde llega tu compromiso con Jesús? ¿Eres discípulo de Jesús con todo tu ser y con todo lo que tienes? ¿O te limitas a darle lo que te sobra?
El Evangelio de ayer nos recordaba que amar a Dios, creer en Él, implica amarle en los hermanos. Y el amor auténtico no da de lo que sobra, se entrega en plenitud. Da sin esperar nada a cambio.
La fe auténtica no puede comprometer sólo el tiempo que tienes libre, porque si no, es otra cosa, quizás un hobby o pasatiempo. No sólo los curas y las monjas, o la gente más “de Iglesia”, están obligados a dejarse la piel por ser fieles a Jesús, viviendo la fe, preocupándose y trabajando por los demás. Todos estamos llamados a, como la viuda del Evangelio, entregar todo, poner toda nuestra vida, lo que somos y tenemos. Cada uno en el camino que Dios nos ha puesto. Pero ser discípulo de Jesús tiene que implicar la vida entera. Si sólo das las sobras ¿qué amor, qué fe tienes? Si sólo acudes a la Iglesia cuando necesitas algo ¿qué fe tienes?
Somos ricos. Ricos en lo material, ricos en los dones que Dios nos ha dado, ricos en tantas cosas… Todo eso es para Dios. Pero, también somos pobres en muchas cosas, como la viuda del Evangelio, y eso también es para el Señor. Nuevamente el Evangelio te invita a elegir: aparentar, cumplir, dar de lo que te sobra o entregar la vida, amar y vivir de verdad.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.