Lunes 26 de junio
San Pelayo, mártir
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo» teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pistas: Juzgar a los demás suele ser una manera de no fijarse en uno mismo, de justificarse o de conformarse y acomodarse. ¿Qué medida usamos con los demás? ¿Qué les exigimos? Es un modo de cambiar el foco de atención. Sin embargo, Jesús nos enseña que el camino es el amor y la misericordia. Un camino que comienza desde el interior. Por eso, empieza por ti, viviendo tu relación con Dios, con los demás y contigo mismo desde el seguimiento a Jesús. Y para ello Jesús te llama a la conversión, a no vivir de cualquier modo, sino dejando que la gracia de Dios te transforme, poniendo todo de ti, sabiendo que Dios lo pone todo también.
Lo más opuesto a ese camino interior es la hipocresía. Es vivir hacia fuera: lo que pensarán de mi, lo que puedo hacer para lograr mis fines, excusas, justificaciones, mentiras. Por aquí se cuelan los peores pecados: el orgullo, la soberbia, la ira, la lujuria, la envidia, la codicia…. Por aquí los demás se convierten en instrumentos para los propios intereses y fines. Y la crítica y la queja se transforman en la justificación.
Mírate en este día. ¿Te exiges a ti mismo lo mismo que a los demás? Pero que sea la mirada de Jesús. Deja que te sane y te salve. Si encuentras que algo está mal en ti, arrepiéntete, confiésate, vuelve a la casa del Padre. Reconcíliate con Dios y contigo mismo. Reconoce que no eres perfecto, que necesitas crecer, que necesitas cambiar… Y entonces dejarás de juzgar, te quitarás una gran carga de encima y crecerás. Y ayudarás a crecer a los demás.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.