Jueves, 8 de marzo
San Juan de Dios, religioso
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Lucas 11, 14-23
En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.»
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.»
Pistas: Jesús habla en muchas ocasiones del demonio, lo expulsa, lucha contra él. Quizás nos parezca que el demonio es una cosa del pasado. Pero el Evangelio enseña que hay que tener en cuenta su existencia. No para tener miedo o para obsesionarse, sino para saber que no podemos relajarnos en nuestra lucha contra el mal y el pecado. Y que donde está Jesús, el demonio, el mal y el pecado huyen.
Jesús es el fuerte que guarda la casa de tu vida y si Él está nada ni nadie podrá asaltarte ni vencerte. Pero las medias tintas no sirven con Él, sólo son un engaño a uno mismo y a Jesús. Termina diciendo “el que no está conmigo, está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama”. Un poco del mundo, un poco de Jesús… ¿Para unas cosas que mande Jesús, pero para otras dejo la puerta abierta a la tentación y al mal?… Cuidado, porque la tibieza debilita. Es un autoengaño revestido de aparente fortaleza y deja abierta la puerta al pecado, al sufrimiento y a hacer daño a otros.
Jesús expulsa a los demonios con el dedo de Dios, con la fuerza del Espíritu Santo, y eso significa que el Reino de Dios ha llegado a tu vida. Que te ha salvado y que tu vida ha cambiado y tus obras son las del Espíritu. Así que, ármate del poder del Espíritu Santo, vive como discípulo de Jesús, y el diablo no tendrá poder en tu vida.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.