Jueves 3 de mayo
Santos Felipe y Santiago, apóstoles
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según san Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
Pistas: ¿Quién es Jesús? La luz de la resurrección ilumina las palabras que hemos leído hoy en la fiesta de Felipe y Santiago, apóstoles. Jesús es el camino, la verdad y la vida.
Estas tres palabras darían para todo un tratado. Es el camino que nos permite acceder al Padre, es el camino por el que nos llega el Espíritu Santo, es el camino al cielo… Es la verdad porque en Jesús se nos revela de modo pleno quién y cómo es Dios, se nos muestra la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Y es la vida, porque resucitado nos da vida eterna, porque cuando las personas se encuentran con Él dicen que comienzan a vivir realmente.
Reza con estas tres palabras, asómate al misterio de Jesús. Piensa qué significan en tu vida y adórale.
Felipe le pide a Jesús que les muestre al Padre. Y las palabras de Jesús hacen pensar en su divinidad. El que ve al Hijo ve al Padre. Y San Juan desarrolla esta afirmación. Las palabras de Jesús vienen del Padre, las obras de Jesús vienen del Padre. Y la promesa: las mismas obras que Jesús hace porque permanece en el Padre, las podrán hacer los que crean en Él y aún mayores.
Como dije al principio todo esto alcanza pleno significado con la resurrección. El anuncio de Jesús: “voy al Padre”, sella sus afirmaciones y como hemos ido leyendo en el libro de los Hechos de los Apóstoles, las promesas de Jesús se hacen reales: en el nombre de Jesús predican el Evangelio con poder, expulsan demonios, curan enfermos y hasta resucitan muertos.
Ahora mira a tu propia vida, acércate a Jesús una vez más, pídele que sus promesas se cumplan en ti. Dile que crees en Él, que sabes que su palabra no falla y confía. Al creer en Jesús podrás ver las maravillas de Dios en tu vida.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.